Greta Thunberg tenía 15 años cuando comenzó su protesta solitaria para exigir acciones contra el cambio climático. Hoy con 19 años, la adolescente sueca es la voz de toda una generación.

No solo inspiró un movimiento global de millones de jóvenes en más de 180 países. También ha llamado una y otra vez a gobiernos y empresas a asumir su responsabilidad ante lo que llama «una emergencia existencial».

Para Thunberg, un tema crucial que no debe soslayarse es el de la justicia climática y las indemnizaciones a los países pobres. Es un asunto central del nuevo libro de la adolescente, en el que contribuyen numerosos expertos y que se titula «El libro del clima».

Greta Thunberg habló con Amol Rajan, editor de medios de la BBC, sobre el peso de la fama, sus planes para el futuro, la justicia climática y las claves para detectar el «lavado verde».

Quiero hablar sobre cómo te involucraste en todo esto. Porque creo que mucha gente no sabe que sufriste depresión durante mucho tiempo, durante casi tres años casi no hablaste y faltaste mucho a la escuela. ¿Sabes qué provocó todo eso?

Fueron muchas cosas diferentes, pienso que estaba deprimida por el estado del mundo en general, que me parecía simplemente sin sentido.

¿Qué te ayudó a recuperarte?

Creo que lo principal fue que encontré algo que me apasionaba. Porque hoy parece que muchas personas carecen de un propósito, de un sentido en su vida. Estamos todos dando vueltas en esta rueda de hámster, tratando de ganar dinero, de acumular «me gusta» en las redes sociales, lo que sea. Y, por supuesto, eso no te hace feliz. Yo y muchos otros encontramos un propósito en esta lucha por justicia climática, porque siento que estoy haciendo algo que tiene significado.

Tu libro habla de soluciones prácticas. Y quiero explorar tus puntos de vista sobre temas como la energía nuclear…

Cuando hablamos de la energía nuclear, eso es algo que la gente está usando mucho para distraer.

«Si tuviéramos que reemplazar los combustibles fósiles con energía nuclear no tendríamos tiempo para hacerlo».

Se habla de este tema como si fuera una panacea que resolverá todo. Si tuviéramos que reemplazar los combustibles fósiles con energía nuclear no tendríamos tiempo para hacerlo. Nuestro presupuesto de CO2 (lo que podemos emitir para alcanzar el cero neto en 2050) se agota en menos de una década con el nivel de emisiones actuales.

Otro tema polémico es el fracking…

No creo que el gas de esquisto y el fracking sean una solución de transición, porque nos atan aún más a una dependencia de los combustibles fósiles. Creo que tenemos que avanzar hacia la energía renovable real.

Hablemos del papel de la tecnología. ¿En qué medida crees que la tecnología será una solución?

La tecnología es absolutamente esencial y debemos invertir lo posible para poder desarrollarla. Al mismo tiempo, debemos reconocer que no será suficiente. También se requieren otras cosas, porque necesitamos recortes de emisiones drásticos e inmediatos a una escala jamás vista.

Thunberg inspiró un movimiento global de millones de jóvenes en más de 180 países.

Y el hecho es que hoy en día no contamos con tecnología que pueda por sí sola resolver el problema en un futuro previsible.

¿Qué opinás de la contribución de Elon Musk al debate climático? Me refiero a su transformación de la industria automotriz…

Es importante tener revoluciones tecnológicas como esa. Pero no creo que los viajes espaciales al estilo multimillonario sean lo que el mundo necesita.

Personas procapitalismo y pro Elon Musk dirían que él creó un producto que mucha gente quiere y por eso es muy rico, que transformó la industria de los autos eléctricos, ¿qué hay de malo en eso?

Si hablamos de aquellos que aportan soluciones, las personas que están a la vanguardia protegiendo el medio ambiente para que no sea destruido, principalmente los pueblos indígenas, si su trabajo fuera traducido en dinero serían las personas más ricas del mundo. Son los que más están haciendo por el cuidado del medio ambiente.

En la introducción del libro atacas la idea de llegar a acuerdos con concesiones. ¿Por qué esto es tan malo?

No es el acuerdo en sí mismo lo que está mal. Por ejemplo, el Acuerdo de París es una gran concesión. Si mantenemos el objetivo de un calentamiento que no supere 1,5 grados, no tenemos tiempo para «pequeños pasos en la dirección correcta». No tenemos tiempo para alcanzar el cero neto en 2050.

Cuando se trata de la emergencia climática, ganar lentamente es lo mismo que perder. No podemos negociar con las leyes de la física. Esa es la idea que quiero dar. O seguimos adelante como civilización, o no.

Hay gente que afirma que tus críticas a los gobiernos generan cinismo en los políticos.

Un tercio de nuestras emisiones antropogénicas de CO2 se han emitido desde 2005.

Por supuesto, no todos los políticos son malvados. Yo nunca dije eso. Hay muchos que están intentando responder al problema, pero en general la gente que está en el poder nos ha estado llevando en la dirección equivocada.

Greta Thunberg tenía 15 años cuando comenzó su protesta solitaria por el clima.

¿Alguna vez entrarías en política?

No quiero entrar a la política.

¿Por qué?

En primer lugar, no quiero hacerlo porque me parece que ese mundo es tóxico. Pero la razón principal es que los cambios necesarios solo vendrán si hay suficiente presión pública desde afuera, eso es algo que creamos en las calles.

No fuiste a la COP27 en Egipto, ¿por qué?

Principalmente porque no me necesitan allí. Hubo otras personas que asistieron de áreas más afectadas. Y creo que su voz allí fue más importante.

¿Te preocupa que, por la atención que recibís, terminás distrayendo del mensaje de otras personas?

Desafortunadamente, ese es el caso a veces. A menudo parece que la gente me escucha a mí y a otros activistas privilegiados que no están realmente afectados por la crisis climática. Es importante pasar el micrófono y dejar que otros que tienen historias que contar cuenten sus historias.

Hablemos un poco de la pandemia. ¿Cuáles fueron las grandes lecciones que dejó, particularmente la respuesta de los políticos?

En muchas partes del mundo, se trató como una emergencia. La gente en el poder dijo «haremos lo que sea necesario porque no se puede poner precio a la vida humana». Se mostró que si queremos tratar una emergencia como una emergencia, podemos.

Si el cambio climático es una emergencia en la escala que describís, ¿por qué crees que la respuesta ni se ha acercado a la que hubo ante la pandemia?

Hay muchas razones diferentes. La crisis climática no se ve como una emergencia.

Cuando los medios decidieron tratar la pandemia de coronavirus como una emergencia, cambiamos nuestras normas sociales, nuestro comportamiento. Nos llegó personalmente. Teníamos miedo de arriesgar nuestras propias vidas, perder a nuestros seres queridos, perder nuestro sustento.

La crisis climática también está afectando a las personas hoy en día, pero son principalmente las personas a las que realmente no escuchamos.

Me parece que el enfoque de tu campaña ha cambiado sutilmente de un énfasis en escuchar a la ciencia, aunque aún hablás mucho de eso, al tema de la justicia climática. ¿Qué es la justicia climática?

Las personas que hoy se ven más afectadas por el cambio climático son las que menos han hecho para provocarlo, y por lo tanto tenemos la obligación de actuar para minimizar los perjuicios que se están causando.

La justicia climática lo es todo, porque en países como el mío, en Suecia, imagino también en Reino Unido, la gente dice: «No tienes que preocuparte, estarás bien». «Simplemente podemos subir el aire acondicionado y estaremos bien». Y tal vez algunos de nosotros inicialmente podremos adaptarnos un poco a un mundo que se calienta rápidamente. Pero para muchos de mis propios amigos, ese no será el caso.

«Sin indemnizaciones, sin real justicia climática, la lucha está perdida».

Hay un capítulo en tu libro sobre indemnizaciones a los países más afectados por parte de los países ricos. ¿Qué les dirías a tus críticos que aseguran que eso está completamente divorciado de la realidad, que no va a suceder?

Eso puede ser cierto hoy. Pero también en el pasado se vio el voto universal como algo utópico. Creo que tenemos que reconsiderar lo que es políticamente posible. Sin indemnizaciones, sin justicia climática real, entonces la lucha está perdida.

¿Cómo podemos esperar que los países que, per cápita, han hecho menos para causar esta crisis pero son los más afectados, reduzcan sus emisiones, si les decimos que en los países ricos no se ven las compensaciones como algo realista? ¿Quiénes somos nosotros para decirles que no pueden tener lo que tenemos porque «no es realista»?

En el libro dices que el cambio climático es el precio de perseguir un crecimiento económico miope, o es simplemente el resultado de un mundo donde la codicia, el egoísmo y la desigualdad han desplazado todo fuera de lugar y de equilibrio…

Creo que es muy ingenuo pensar que podemos continuar como siempre, que podemos continuar expandiéndonos y aun así mantenernos en línea con nuestros objetivos de emisiones.

¿Hasta qué punto sería justo describirte como una opositora del capitalismo?

Creo que todas las ideologías, incluido el capitalismo, han fallado porque obviamente nos han conducido a donde estamos ahora.

Pienso que en el futuro miraremos hacia atrás y veremos como un gran error haber dejado que el capitalismo controlara por completo la forma en que funcionan nuestras sociedades en este momento tan decisivo en la historia humana.

Pero muchos podrían decir que el capitalismo es una de las razones, por ejemplo, por las que 850 millones de personas ya no viven en la pobreza absoluta en China, o la esperanza de vida ha aumentado en India.

No me opongo a que la gente salga de la pobreza y demás. Pero si seguimos en el camino en que estamos hoy estamos arruinando nuestras futuras condiciones de vida.

Nuestro sistema de soporte vital, la naturaleza, se desestabilizará, y eso significará un aumento de la pobreza, más refugiados climáticos, hambrunas, por lo que la gente volverá a caer en la pobreza. Cuando hablamos de estos temas, debemos tener una perspectiva a largo plazo.

«El peso recae sobre todo en los jóvenes…y no debería ser así. A veces deseo que la gente asuma un poco más de responsabilidad».

Probablemente sos la personas más famosa que se niega a subirse a un avión. ¿Crees que volar debería ser ilegal?

En primer lugar, cuando hablamos de volar, creo que debemos conocer el contexto. La mayoría de las personas en el mundo nunca han puesto un pie en un avión. Son muy pocas las personas que son viajeros frecuentes y provocan la mayor parte de las emisiones de la aviación.

Volar es una cuestión de privilegio. Creo que para algunas personas en las partes más ricas del mundo renunciar a ese privilegio es una gran manera de enviar una señal de que estamos ante una emergencia existencial.

Nunca he dicho que la gente deba dejar de volar. No dejé de volar para reducir mi huella de carbono. Fue para generar un debate y supongo que dio resultado. La gente parece verme como una adolescente enojada que condena el comportamiento de cada individuo, lo cual es un tanto gracioso para mí.

¿Y vos no sos esa persona? ¿Cuál es la diferencia entre esa persona y quién sos realmente?

Hay una gran diferencia. No soy una adolescente enfadada. Y creo que la gente que me conoce sabe que no soy así.

Uno de los temas constantes de tu libro es el lavado verde, el uso del marketing por parte de empresas y gobiernos para decir que hacen mucho por el medio ambiente, cuando esto es falso. ¿Cuán común es el lavado verde?

Mucho. Diría que la mayoría de los compromisos climáticos actuales de los gobiernos son lavado verde.

¿Cómo puede la gente detectar el lavado verde?

La clave siempre está en los detalles. Tomemos como ejemplo el caso de mi país, Suecia.

Dicen que llegaremos al cero neto de emisiones para 2045 y la gente puede pensar: «Oh, eso es ambicioso». Pero cuando miras los detalles, ves que menos de un tercio de nuestras emisiones reales están incluidas en ese objetivo.

Y también se espera compensar cerca del 15% de las emisiones con tecnologías que no existen en este momento. No puedes detectar el lavado verde a menos que vayas realmente a los detalles. Y por eso es tan importante que los medios de comunicación hagan su trabajo y revelen esto.

¿Crees que la afirmación del gobierno británico de haber reducido emisiones de carbono en este país en más del 40% desde la década de 1990, es un ejemplo de lavado verde?

No incluye todas las emisiones, así que diría que sí, es un caso de lavado verde.

No incluye por ejemplo las emisiones tercerizadas, basadas en el consumo en Reino Unido de productos fabricados en otros países. Y no incluye tampoco la quema de madera en la central eléctrica británica de Drax.

Has descrito el síndrome de Asperger como un superpoder. ¿Podrías explicar para quien no conoce este síndrome, qué es? Estás en el espectro del autismo.

Significa que trabajas un poco diferente. Eres un poco sensible a cosas que a otros no le generan esa sensibilidad. A veces no puedes funcionar de la misma manera que los demás. Describirlo solo como una superpotencia no es del todo correcto, porque muchas personas están muy limitadas por este síndrome. Pero también te permite hacer cosas que otros no pueden.

¿Como cuáles?

Por ejemplo, si estás realmente interesado en algo puedes tener un enfoque muy intenso en eso, y puedes estar realmente decidido a cumplir algo.

«Si el trabajo de los pueblos indígenas por proteger el planeta fuera traducido en dinero, serían las personas más ricas del mundo».

¿Hubo un momento en las primeras semanas de tu campaña en el que te diste cuenta que esto iba a ser grande?

No lo sé, porque en Suecia la gente rara vez te para en las calles. Hay esa idea de que nadie vale más que los demás. Te dejan solo. Pero cuando comencé a ir al extranjero, la gente empezó a reconocerme y eso fue extraño.

¿Te gusta esa atención?

No la disfruto. No es algo que me agrade. Lo que es más difícil es cuando las personas cercanas a mí o las personas que amo se ven perjudicadas por eso, lo cual es el caso a veces.

¿De qué manera?

Por ejemplo, si la gente se aparece en mi casa sin invitación y cosas por el estilo.

Porque has recibido amenazas de muerte, ¿verdad?

Sí, y también mi familia y otras personas que conozco.

Puse tu nombre en varias plataformas de redes sociales y es terrible el abuso que recibes. ¿Te afecta?

No me afectan los insultos. Lo que más me molesta es cuando la gente miente sobre mí y difunde teorías de conspiración.

«No soy una adolescente enfadada».

[También te puede interesar: Europa, a la espera de lluvia: ¿Qué sucede con el turismo en tiempos de sequía?]

Vi un documental… en el que dices: «Sé lo que está en juego, pero esto es una enorme responsabilidad». Parecía que tenías sobre tus hombros el peso de toda una generación y en ese entonces tenías 16 años…

Es demasiada responsabilidad tanto para mí como individuo, como para los jóvenes en general. Hay mucha gente de todas las edades que está dando un paso al frente, pero el peso recae sobre todo en los jóvenes. Y no debería ser así. A veces deseo que la gente asuma un poco más de responsabilidad.

La gente se me acerca y dice «siento tanta esperanza cuando veo las acciones de los jóvenes». Y a veces les respondo: «Si crees que toda la esperanza del mundo recae en los hombros de adolescentes exhaustos, eso no es muy bueno».

¿Crees que te ha transformado la fama?

No creo que sea posible que alguien tenga tanta atención y no sea cambiado por ella. Sin embargo, no tiene por qué ser para peor. También puede ser que pienses más en lo que haces. Pero sí, creo que si no tienes cuidado y te vuelves famoso a una edad tan temprana, puede ser muy dañino. Y también cuando toda esa atención desaparezca, eso probablemente será difícil.

¿Crees que desaparecerá?

Por supuesto.

¿Por qué? ¿Cuándo ya no seas joven?

Nadie puede estar en el centro de atención durante tanto tiempo sin que la gente se aburra.

¿Te preocupas por eso?

No, creo que sería bueno.

¿No disminuiría eso tu capacidad para influir en el debate?

Sí, ese es el dilema.

Entonces, ¿cómo vas a responder a ese dilema?

Simplemente voy a aceptar lo que suceda. Mientras tenga una plataforma y pueda hacer estas cosas, intentaré usar esa plataforma. Pero cuando desaparezca, continuaré pero de diferentes maneras.

Manifestación por la justicia climática en Los Angeles.

[También te puede interesar: ¿Podrán las ciudades alcanzar la neutralidad climática en 2030?]

¿Qué haces para divertirte?

Me gusta leer. Me gusta estar con mis perros. Me gusta estar con amigos. Una cosa que hago es tejer gorros verdes con forma de rana. Es una especie de sombrero de crotchet al que le pongo ojos.

¿Solo para vos y tus compañeros?

Sí, es algo divertido.

Pasemos a un pensamiento final. Dada toda la preocupación que has expresado sobre el medio ambiente, ¿cuáles son tus esperanzas y sueños para el futuro? ¿Qué te gustaría que sucediera en tu vida?

No tengo la mínima idea. No tiene sentido pensar en eso porque todo cambia todos los días. Así que solo quiero poder hacer todo lo que pueda donde sea posible.

*Entrevista a Greta Thunberg realizada por la BBC.