La famosa Gran Barrera de Coral ahora es catalogada en estado “crítico”. Esto se debe a la crisis climática del planeta, la cual afecta la temperatura y contaminación de sus aguas. Un llamado de atención para cuidar este monumento natural.
Previamente tenía la etiqueta de “preocupación significativa”
No obstante, ya se le ha catalogado de estado crítico. Sin duda que el cambio climático tiene un rol indudable en esta situación, sucede que acciones inmediatas como la pesca excesiva y los desechos arrojados al mar se suman al problema.
Esta Barrera es uno de los 83 lugares catalogados como Patrimonio de la Humanidad amenazados por las alteraciones del clima internacionales. Todo ha iniciado con un blanqueamiento del coral que impacta de dos terceras partes de la Barrera Coralina Australiana.
Muchos biólogos marinos han advertido del desenlace de los estragos de este espacio natural. El coral es una morada para miles de especies: peces, crustáceos, algas, etc. Igualmente, encarna un ecosistema vertebral para la subsistencia marina.
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La Gran Barrera fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984
Es el santuario de 400 tipos de coral, de 1.500 especies de peces y hasta de 4.000 diversidades de moluscos. Su menoscabo implica el cataclismo de un hábitat entero, de una desbordante biodiversidad. Abundan los motivos para encender alarmas.
No solo la Gran Barrera de Coral se marchita por la consunción del clima. Ocurre que otros parajes galardonados como Patrimonio también sufren por esta situación. Por ejemplo, la Región Floral de Cabo en Sudáfrica y la selva del Amazonas.
Las formaciones coralinas son esenciales en los mares. El declive de estos arrecifes en Australia impacta en todo el océano Pacífico. Igualmente, su perdición es una calamidad para la zoología acuática de todo el planeta.
¿Qué está causando este problema?
La alteración del clima perturba la temperatura del agua. Tal variación modifica los niveles de salinidad, causa inadaptación en especies marinas y altera ciclos hidrológicos. Además, perturba el modo en que la luz entra en los corales.
Se añade que la pesca causa estropicios con sus redes. La navegación arroja desperdicios y restos de combustible sobre los arrecifes. Para colmo, numerosas construcciones se han levantado en la zona, barriendo con franjas de coral enteras.
La UNESCO suele ser precavida antes de declarar emergencias. Por eso, si esta institución ha atestiguado una “situación crítica” es sinónimo de que el problema es mayúsculo.
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¿Qué podemos hacer para salvar este Patrimonio de la Humanidad? Se trata de una labor a gran escala, pues es un asunto global. Evitar la contaminación y el cambio climático es la única manera de auxiliar a este bello arrecife.
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