La COP25 reunirá hasta 25.000 personas y exige de la coordinación de las administraciones, además de ser un reto de logística y de seguridad a resolver en cuatro semanas. Ese es el tiempo que falta hasta el inicio de la cita el próximo 2 de diciembre en el recinto ferial de Madrid (Ifema), para la que el Ejecutivo español ya ha comenzado a diseñar su organización con Naciones Unidas y Chile, país que seguirá presidiendo la COP25.
España trabaja "codo con codo" con el equipo chileno para que la cumbre pueda celebrarse con total normalidad, ha reiterado la ministra en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera, cuyo departamento ya se ha puesto en contacto tanto con la Comunidad de Madrid como con el Ayuntamiento, con los que se podría reunir el lunes.
La cumbre durará hasta el 13 de diciembre y exige buscar dos espacios contiguos, uno para las reuniones y negociaciones oficiales de los representantes de las delegaciones de unos 200 países, y otro para los eventos paralelos de ONG o de grupos de científicos.
Ifema prevé destinar 80.000 metros cuadrados -el 40% de su capacidad- para la cumbre, que obligará a reajustar el lugar o la fecha de algunos eventos programados en diciembre, aunque sin cancelar ninguno, ha afirmado su presidente, Clemente González Soler, quien ha recordado que su equipo es "muy profesional, tiene mucho oficio".
Por eso, ha añadido, será capaz de hacer un buen trabajo organizando en tan poco tiempo una cumbre, la cual es "muy importante para España y para Madrid".
En este sentido, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha instado a aprovechar la cumbre como "una gran oportunidad" para todo el país, porque España "va a ser un foco internacional", y Madrid demostrará que no es solo "tecnología, empresa o emprendimiento", sino también "medioambiente".
"La organización busca un entorno seguro y estable y ha elegido a Madrid porque nos ven como una ciudad que acoge, que sabe preparar grandes eventos, que tiene plazas hoteleras, que tiene grandes transportes e infraestructuras", ha subrayado.
Para ello, hay que "buscar sinergias" con otras comunidades autónomas y la posible llegada de las 25.000 personas previstas es una oportunidad para dar a conocer el resto del país, ciudades cercanas como Toledo o lugares en Castilla y León.
Tras la confirmación oficial, desde la organización de conservación WWF han apuntado que "las expectativas de una COP25 exitosa siguen vigentes" y se han comprometido a redoblar sus esfuerzos para alcanzar avances significativos frente a la crisis climática global.
En una nota, Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, ha indicado que lo más importante es que las negociaciones contra el cambio climático "no se detengan, que los países sigan reportando sus compromisos y que el multilateralismo salga reforzado".
El responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza, ha opinado en declaraciones a Efe que el Gobierno ha sido "muy valiente" a la hora de proponer a Madrid como sede de la COP25 y ha afirmado que posponer las decisiones que había que tomar en Chile hubiese supuesto un "problema de gobernanza mundial".
"Pensamos que es imprescindible" celebrar esta cumbre del clima, ya que "estamos en un momento de crisis ambiental tremendo y posponer la toma de decisiones que había que tomar en Chile hubiese sido un problema de gobernanza mundial".
Ecologistas en Acción considera que el presidente en funciones del Gobierno, Pedro Sánchez, ha permitido a su homólogo chileno, Santiago Piñera, "zafarse" del foco internacional celebrando el encuentro en Madrid.
Según esta organización, en Chile la política extractivista o la política hidráulica que "devasta regiones completas son ejemplos de lo que es no es permisible. La denuncia de estos hechos debería tener su altavoz en la COP25".
Esta es la primera vez que España organiza una cumbre del clima, pero no es la primera que alberga cumbres de la ONU; en concreto acogió las del tratado antártico de las que salió el Protocolo de Madrid, que establece una moratoria sobre las actividades mineras en la Antártida.
El objetivo principal de la COP25 era y seguirá siendo preparar el terreno para que los países presenten contribuciones de lucha contra el cambio climático en el marco del Acuerdo de París más ambiciosas que las actuales, a comienzos de 2020, según fuentes del Gobierno.
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