Muchos han quedado sorprendidos con la huella kilométrica de la ropa usada. La gente de Greenpeace quiso hacer un experimento: dejó geolocalizado un pantalón que viajó desde España a Togo, en un periplo de muy largo trecho.
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¿Qué hizo la gente de Greenpeace?
Esta ONG fue creada en 1971, siendo bastante conocida su actividad en pro del ambiente. Con anterioridad, Greenpeace ha hecho campañas para denunciar la “sobreproducción” de diversos productos en nuestra época.
En este caso, se ha querido demostrar que la ropa usada no es reciclada. Tampoco, suele ser usada como “opción de segunda mano”. Casi todas las vestimentas se convierten en desechos que perduran mucho en el ambiente.
Monitoreando lo que pasa con ropa lanzada a la basura
Para hacer esta actividad, se colocaron localizadores con GPS en prendas dispuestas en basura, o bien entregadas a sitios de donación. Una interesante manera de saber a dónde van a parar estas piezas una vez que no las usamos.
“En la mayoría de los casos, esa segunda vida no llega. Tal y como está diseñado el modelo actual de sobreproducción de moda ultrarrápida, la supuesta economía circular no puede funcionar. El sistema es diabólico, totalmente insostenible”, asevera la gente de Greenpeace.
Para demostrar lo anterior, se hizo una acción bastante planificada. Entre los meses de agosto y septiembre de 2023, se dispusieron de rastreadores en 29 prendas. Cuatro meses después… estas ropas estaban en lugares inesperados.
- Fueron 29 prendas con geolocalizador, de las cuales 14 terminaron fuera de España. Lo que resultó impresionante es la cantidad de kilómetros que estas ropas transitaban, a la vez que son capaces de contaminar en muchos lugares del planeta.
- ¿En qué lugares fueron localizadas las prendas? En lugares como: Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, Chile, India, Marruecos, Egipto, Rumanía o Togo.
- El pantalón que terminó en Togo terminó en regios africanas muy distantes, pasando por el Mediterráneo y dando vueltas por muchas regiones de Atlántico.
“Desde el 2000 ha habido una sobreproducción textil brutal. Ya no hablamos de fast fashion (moda rápida), sino de moda ultrarrápida. Si no tuviésemos a los países del sur global para producir esa ropa y recibirla cuando la desechamos, sería un modelo que no se podría mantener, porque en sí es insostenible”, insiste en sus declaraciones Greenpeace.
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¿Imaginabas que una ropa desechada podía terminar en otro continente? Un simple pantalón viajó desde España a Togo. A su vez, otras ropas pasaron por tierras o ríos, llegando a quedar arrojadas en lugares de los más inesperados.
Fuente: El País.