Los recientes estudios sobre el estado del Ártico son desoladores. La última evaluación científica del cambio climático en el Ártico, realizada por el Programa de Monitoreo y Evaluación del Ártico (AMAP), concluye que esta región del planeta está cambiando rápidamente y de forma inesperada hacia un nuevo estado. Si las tendencias actuales continúan, el impacto sobre las ciudades (que podrían inundarse), la salud y seguridad humana, y las industrias, economías y ecosistemas del planeta, será crucial.
El AMAP es un programa del Consejo Ártico, es decir, el conjunto de gobiernos que pueden tomar decisiones sobre este continente congelado. Ellos son: Canadá, Dinamarca (más Groenlandia e Islas Faroe), Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y Estados Unidos.
En este mismo momento (desde el 11 de mayo), el consejo Ártico está reunido, y deberá tratar asuntos muy complicados; como el permiso que dio Donald Trump para la explotación de petróleo y gas en las aguas de Alaska, muy peligrosa mientras el polo se derrite.
El informe del AMAP deja un solo espacio para la esperanza: dice que el daño (que derretiría el ártico por completo antes de 2040), puede revertirse si el Acuerdo de París de 2015 se cumple por completo. Por eso, la decisión de Donald Trump al respecto (que iba a ser anunciada en estos días, pero ha sido postergada hasta luego del 27 de mayo), tiene a todo el mundo en vilo.
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Según los más de 100 científicos que participaron del estudio, si los esfuerzos por reducir las emisiones de gases no son tan ambiciosos como lo establece el Acuerdo de París, los cambios en el Ártico desde 2040 serán graves al punto que, en ese año habrá prácticamente agua en lugar de hielo.
El Ártico sufre el cambio climático de manera más intensa que el resto del planeta, porque funciona como una especie de regulador. Por eso, se espera que para mediados de este siglo su temperatura media aumente entre 4 y 5 grados centígrados.
¿Qué es el Consejo Ártico?
Consejo Ártico es un foro intergubernamental que discute asuntos a los que se enfrentan los gobiernos de los países árticos y los representantes de pueblos indígenas del Ártico. En este momento está reunido.
Ni el permiso de Donald Trump a explotar gas y petróleo en Alaska, ni la postura del gobierno de Estados Unidos ante el acuerdo de París, son oficialmente temas de agenda de su reunión. Sin embargo, es posible que abarquen casi toda la discusión: en ellos se juega el futuro del planeta.
Aunque esta reunión es tal vez la instancia más importante de decisión formal acerca del Ártico, algunos expertos en este tipo de reuniones han indicado que, pese a la importancia global de los problemas del Ártico, en la cumbre de esta semana solo se presentarán resoluciones sobre detalles técnicos muy localizados. En cambio, los temas más transcendentales -petróleo y cambio climático- formarán parte exclusivamente de las negociaciones y contactos informales.