* Por Viridiana Lázaro, especialista en agricultura y cambio climático en Greenpeace México.
El 15 de marzo se celebra el Día Mundial del Consumo Responsable. Convertirse en una consumidora o consumidor responsable va más allá de cambiar hábitos y elegir alimentos y productos sustentables y provenientes del comercio justo. Claro que estas acciones son de suma importancia, pero la responsabilidad no termina ahí. Ser consumidora o consumidor responsable, también implica reconocer el poder que tenemos para exigir cambios sistémicos en la manera de producción y consumo dominante; el poder de organizarnos y ofrecer y/o exigir a los gobiernos locales más alternativas de consumo es también una manera de participar activamente en la construcción de las condiciones necesarias para poder hacer realidad el consumo responsable.
Elegir comprar en iniciativas o negocios locales siempre hará la diferencia, el informarse de dónde vienen los productos que consumimos y a dónde van los residuos una vez que terminamos de usarlos o consumirlos, también es esencial.
El promover el consumo responsable no solo nos traerá beneficios en la salud, sino que además podremos disfrutar de los beneficios que trae para la economía local, para el medio ambiente y para nuestra comunidad, consumir alimentos y productos responsablemente que provengan del comercio justo significa asegurar bienestar, justicia y ecosistemas saludables para las generaciones futuras.
Otro punto muy importante es tratar de consumir menos, es decir, evitar comprar lo que no necesitamos y evitar el sobreconsumo o consumismo, debemos intentar consumir productos que tengan mayor durabilidad, que en su fabricación no hayan utilizado materias primas vírgenes; y en su lugar elegir productos que provengan del comercio justo y que no estén afectando personas, comunidades y/o ecosistemas durante su fabricación y comercialización.
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Recordar que siempre será mejor reparar, reutilizar e intercambiar para ser más responsable con lo que se adquiere, reinventar y disminuir el consumo de ropa y calzado, aparatos electrónicos y plásticos de un solo uso ya que son actividades que dañan profundamente al medio ambiente. Además de intentar consumir alimentos libres de agroquímicos y transgénicos, así como ultraprocesados y de origen agroindustrial.
Es momento de erradicar el consumismo y en su lugar elegir el consumo responsable, el Día Mundial del Consumo Responsable existe para recordarlo. Sin embargo, hay que ser conscientes de que es un camino largo que en ocasiones puede estar plagado de dudas, estereotipos y presiones sociales. Aún más, en este mundo bombardeado por publicidad en todos lados. No es un camino fácil, pero es necesario para poder avanzar, poder hacer frente al cambio climático y poder gozar de ciudades y zonas rurales más resilientes, y saludables.