El agua es esencial para la vida: en promedio, un ser humano no puede pasar más de tres días sin ella. Además, es fundamental para la producción de los alimentos que consumimos, así como para los bienes y servicios y el ambiente.

Sin embargo, el planeta se encuentra con diversos problemas en relación al agua: el estrés hídrico, las crecidas, la sequía y la falta de agua limpia. En este contexto, existe una gran necesidad de mejorar la gestión del agua de la Tierra y hacer frente a los problemas en el acceso, la escasez y la contaminación de este recurso.

Por eso, en 2020, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) decidió celebrar el Día Meteorológico Mundial, en conjunto con el Día Mundial del Agua, buscando concienciar sobre la importancia de este recurso y el cuidado con el que debemos tratarlo.

"Este año se quiere poner acento en una gestión más coordinada y sostenible del clima y el agua, porque ambos elementos están íntimamente ligados. Los dos constituyen la esencia de los objetivos mundiales en cuanto a desarrollo sostenible, cambio climático y reducción de riesgos de desastre", sostuvo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Cada gota cuenta

Más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren un gran estrés hídrico, y unos 4.000 millones padecen una grave escasez de agua por lo menos durante un mes al año.

Además, la situación de las crecidas y las sequías a nivel mundial, así como los posibles conflictos por el uso del agua, son algunos de los mayores desafíos y amenazas a los que se enfrenta el planeta.

El cambio climático y el agua

¿Cuál es el efecto del cambio climático sobre las reservas de agua en el planeta? Según la OMM, el cambio climático está generando una aceleración en el ciclo hidrológico debido al incremento de la tasa de evaporación provocado por el aumento de las temperaturas.

Pero las tasas de evaporación y precipitación más elevadas no están distribuidas equitativamente; por eso, en algunas zonas, podrían producirse precipitaciones más severas de lo normal y, en otras, sequías más fuertes e intensas.

En este marco, los peligros relacionados con el agua son cada vez más graves y, actualmente, un porcentaje mucho mayor de la precipitación anual se concentra en episodios de precipitación extrema en lugar de distribuirse de manera más uniforme a lo largo del año.

"En colaboración con ONU Agua, trabajaremos para fomentar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado con el agua, centrado en el agua limpia y el saneamiento. El agua es uno de los bienes más preciados del siglo XXI", concluyó Taalas.

Fuentes

OMM