La deforestación es una de las actividades humanas más perjudiciales para el planeta y si bien en el último tiempo se hizo más visible a partir de campañas es necesario tomar consciencia de la gravedad de la situación. Por eso te contamos todo lo que hay que saber en el siguiente artículo.
Por años se le restó importancia a la deforestación de bosques y selvas nativos ya que no se tomaba noción de lo que eso implicaba y que genera no sólo daño en el ambiente sino también a las comunidades y a los cultivos.
En principio, cuando se habla de deforestación se remite al proceso, causado por la acción del hombre, mediante el cual se realizan talas de grandes superficies ocasionando pérdida de bosques, con el fin de ser utilizadas para la industria maderera y para utilización del suelo para actividades como la agricultura y el pastoreo.
A esto, se le suman los motivos no intencionales como los incendios forestales mediante los cuales se pierde gran biodiversidad.
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Causas de la deforestación de bosques y consecuencias
Pero cuando se lleva a cabo el proceso de deforestación no sólo se tala un árbol, se están perdiendo superficies verdes, a un nivel que si se continúa con esta actividad en unos años podrían desaparecer las selvas tropicales y los bosques y, junto a ellas, el hábitat de millones de especies.
Además, con la pérdida importante de árboles suceden dos cosas fundamentales, que colaboran con el cambio climático. En algunos lugares los suelos se sacan por no contar con la protección de estas especies, y en otros se producen inundaciones ya que la tierra no da abasto para absorber el agua de las lluvias.
Asimismo, los árboles regulan la temperatura al captar el CO2 y a través de su emisión de vapor de agua. Por lo que si cada vez contamos con menos de ellos, habrá menos sombra, más aumento de la temperatura y más pérdida de fauna y flora que en muchos casos no logra adaptarse a estos cambios.
Por eso, cuando se habla de pérdida de árboles y bosques por deforestación también se habla de pérdida de regulación hídrica, la conservación de la biodiversidad y de los suelos, junto también a la provisión de agua y alimentos e incluso medicamentos.
Millones de personas dependen de los bosques para su seguridad alimentaria y sus medios de subsistencia ya que proporcionan trabajo y son fuente de alimentos o leña por ejemplo. Según la ONU sólo en América Latina ocho millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza dependen de los bosques.
Según un reporte de la Universidad de Maryland, por ejemplo, en el año 2019 se perdieron alrededor de 12 millones de hectáreas de bosque en general y de esa cifra casi 4 millones pertenecieron a bosques primarios, la tercera peor tasa de deforestación de los últimos 20 años, siendo Brasil y Bolivia uno de los países más destacados.
Estos bosques primarios son aquellos que tienen varias décadas de antigüedad, en los que el humano no ha intervenido, que cuentan con una rica biodiversidad y con grandes capacidades de absorción de CO2. Por eso, es que se dice que los árboles son los pulmones del planeta.
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¿Qué hacer?
Por todas las razones expuestas es necesario que la sociedad abra los ojos y comience a respetar el mundo, nuestra casa común.
No es solo la falta de un árbol para producir: es dañar biodiversidad, perder agua, alimentos y aire puro. Es momento que comencemos a ser productores y consumidores conscientes, que exijan el respeto por el planeta y el cuidado de los recursos, así como su explotación responsable para poder garantizarla a las generaciones futuras.
Por ese camino es por el que van las distintas Naciones que escucharon las problemáticas ambientales y sociales, que también acarrean las económicas, y firmaron el Acuerdo de París en el 2015, a partir del cual se espera reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento global de la temperatura por debajo del 1,5 o 2 grados Celsius como máximo, esperando evitar sus consecuencias.
Para lograr estas metas la conservación de los bosques y manglares es relevante ya que ayudarían con una cuarta parta de las acciones de mitigación que hay que llevar a cabo para para cumplir con los objetivos del Acuerdo.
Fuente: ONU, Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación (Argentina), National Geographic y BBC,