Debido a la pandemia de COVID-19 los desechos de mascarillas plásticas han ido en aumento, liberándose en el medio ambiente, provocando un gran problema. Para resolver esto, y como respuesta a la contaminación por nanopartículas en los ecosistemas acuáticos, se están acelerando varias soluciones tecnológicas para lograr un medioambiente más limpio, seguro y saludable para todos.
Para resolverlo InNoPlastic, en un proyecto de investigación e innovación de la UE H2020 recientemente lanzado, combina metodologías de ultrasonido con otras soluciones innovadoras para abordar la basura plástica y permitir una eliminación más fácil de los océanos y mares de todo el mundo.
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Respecto a esto Gregor Luthe, profesor e inventor en NanoBay, dice “Gracias al COVID-19 hemos podido acelerar el desarrollo de nuestra solución, que ahora está disponible comercialmente. Esperamos investigar sus posibles ventajas en el agua y liberar nuestros océanos y vías fluviales de los nano-plásticos".
Este proyecto comenzó en octubre de 2020 y lleva tres años financiado con una subvención de 7,4 millones de euros del proyecto de investigación EU H2020, bajo la convocatoria "Acción piloto para la eliminación de plásticos marinos y basura".
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Acerca del proyecto
El proyecto trabajará en tres tecnologías diferentes, cada una de las cuales se enfocará en múltiples tipos de contaminación plástica marina que ocurren en varios entornos ambientales.
La primera solución se dirige a los micro y nano-plásticos que afectan al medio marino y, en última instancia, a nuestras cadenas alimentarias.
Mediante una combinación de ultrasonidos, floculantes y una pantalla de tambor, el objetivo es canalizar el agua de los sistemas de agua de enfriamiento industrial masivos para aglomerar y filtrar los micro y nano-plásticos dañinos de nuestras aguas. El plan es llevarlo a cabo protegiendo al mismo tiempo la vida marina local.
La segunda tecnología de limpieza es el robot autónomo de búsqueda de basura “SEEKer” que patrullará las playas junto con ayuda humana o solo en lugares de difícil acceso. El mismo utilizará inteligencia artificial y aprendizaje automático para identificar, monitorear y recoger la basura plástica a medida que avanza.
La tercera solución es la aplicación social Empower, que incentiva y recompensa a los voluntarios y turistas locales para que recojan y rastreen la basura en las limpiezas de la comunidad.
Esta aplicación recopila información que, en consecuencia, proporcionará conocimientos esenciales sobre los tipos de contaminación, su ubicación, estado y cómo se puede dar un buen uso a la basura recolectada en la economía circular de los plásticos.
Estas tecnologías de limpieza se probarán en diversos entornos, desde sitios industriales en los Países Bajos hasta playas turísticas y sitios naturales en Krk (Croacia), Venecia (Italia), Sint Maarten (parte del Reino de los Países Bajos) y el Támesis en el Reino Unido.
Al final del proyecto, planean eliminar el 90% de toda la basura de estos sitios, creando un impacto positivo a largo plazo en el ecosistema local y la vida silvestre.
En última instancia, el plástico recolectado se reciclará de nuevo en nuevos productos creando valor a partir de los desechos y respaldando la economía circular.
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Fuente:
innoplastic.eu