La Real Sociedad Estadística (RSS, por sus siglas en inglés) de Reino Unido es una sociedad de profesionales que se dedica a compilar datos que contribuyan a formular políticas y tomar decisiones informadas con evidencia para el bien público. Cada año, elige una serie de estadísticas nacionales e internacionales que reflejan las tendencias más importantes del año.

Para 2019, algunas de las estadísticas estuvieron relacionadas con la expectativa de vida promedio en todo el mundo (72 años y 7 meses), la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera (415 partes por millón) y el porcentaje de vehículos eléctricos e híbridos en el Reino Unido (10,3%).

Pero, además, han elegido la estadística internacional más importante de la década, que pretende capturar el espíritu de los últimos 10 años en un solo número. El ganador: los 8,4 millones de campos de fútbol deforestados en la Amazonía durante la última década. La cifra equivale a 62 mil kilómetros cuadrados, una superficie mayor a la de países como República Dominicana o Israel.

¿Qué significa este número?

Esta estadística, aunque solo ofrece una instantánea del problema, proporciona una idea del cambio que ha sufrido la Amazonía en los últimos 10 años. Desde 2010, kilómetro tras kilómetro de selva tropical ha sido devastado por la ganadería, la tala y la industria del aceite de palma.

Este cálculo se basa en los resultados del monitoreo de la deforestación del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE, por sus siglas en portugués), así como en las regulaciones de la FIFA sobre las dimensiones del campo de fútbol.

Pero, ¿cuál es el costo social, financiero y ambiental de esta tala masiva en uno de los mayores reservorios de biodiversidad del mundo? En primer lugar, entre 20 y 30 millones de personas viven en la selva amazónica y dependen de ella para sobrevivir. También es el hogar de miles de especies de plantas y animales, muchas en riesgo de extinción.

En segundo lugar, una quinta parte del agua dulce del mundo se encuentra en la cuenca del Amazonas, suministrando al mundo mediante la liberación de vapor de agua a la atmósfera que puede viajar miles de kilómetros.

Sin embargo, sequías sin precedentes han afectado a Brasil en esta década. En el estado de Sao Paulo, algunos agricultores dicen que perdieron más de un tercio de sus cultivos como consecuencia de la escasez de agua. El gobierno prometió a la industria del café casi $300 millones para ayudar con sus pérdidas.

Además, la selva amazónica es responsable de almacenar más de 180 mil millones de toneladas de carbono. Cuando los árboles se talan o se queman, ese carbono se libera nuevamente a la atmósfera.

Diversas organizaciones ambientalistas se han planteado la posibilidad de replantar los árboles talados, pero a un costo $2.000 por acre, costaría $30 mil millones reemplazar lo que el Amazonas perdió durante esta década.

Fuente:

Statslife