El Monte Everest es la montaña más alta del mundo con 8848,86 metros sobre el nivel del mar; por lo que representa para las personas un verdadero reto personal. Miles de alpinistas año tras año se proponen hacer cumbre en esta inmensa montaña, pero no han sido lo cuidadoso con los desechos que se hubiese deseado.
Por esta razón, en el Everest se ha acumulado gran cantidad de basura. Es por ello que un grupo de alpinistas ecologistas se han dado a la tarea de recoger la basura.
UNA INICIATIVA ECOLOGISTA EN BENEFICIO DEL EVEREST
Desde hace 3 años, un grupo de alpinistas liderado por Marion Chaygneaud-Dupuy, reconocida y galardonada alpinista, iniciaron una limpieza del Monte Everest. En el transcurso de este tiempo, este equipo ha realizado una recolección de más de 8 toneladas de basura; una cantidad realmente impresionante y lamentable.
La iniciativa surge a partir de una experiencia de Marion Chaygneaud-Dupuy, quien en el 2013 realizó cumbre en el Monte Everest y se dio cuenta de que en el pico solamente había por lo menos 10 toneladas de basura, acumulada a lo largo de 30 años de expediciones. Esta experiencia la marcó y decidió emprender la limpieza de la montaña, una iniciativa apoyada por un grupo de alpinistas.
Gracias al impacto positivo de esta iniciativa ambientalista, el grupo ha sido premia con diversidad de galardones; sin embargo, aún el trabajo no está culminado, ni de cerca. A lo largo de estos 3 años, el equipo ha logrado limpiar tan solo las tres cuartas partes del monte; pero el proyecto propone la limpieza de toda la montaña y también de toda la cordillera del Himalaya.
En la zona, el trabajo de este equipo es altamente valorado. Además, tanto los lugareños como el mismo equipo comprenden lo que representa esta labor para el ambiente y para millones de personas. Aunque se pueda pensar que esta basura en un lugar tan lejano no afecta a las personas, lo cierto es que el plástico y demás residuos abandonados en esta área terminan en las aguas que consumen habitantes de China y la India.
UN LLAMADO A LA CONSCIENCIA
Todas las actividades humanas tienen un impacto en el medio ambiente. Por décadas, escalar el Everest ha sido uno de los retos más anhelados por muchos, una experiencia única, que requiere de por lo menos 40 días de viaje. Durante estos días, los alpinistas generan gran cantidad de basura.
Contrariamente a lo que se pueda creer, pocas de las personas que se han propuesto conquistar la cima de esta montaña han tenido el cuidado con el ambiente necesario. Siendo un lugar remoto, no existe un sistema para deshacerse de los desechos dejados atrás por los alpinistas. Así, la acumulación de basura es inevitable.
La iniciativa de limpiar el Everest es muy importante; sin embargo, no servirá de mucho si los alpinistas que realicen el recorrido por estas montañas no tomen consciencia y las medidas necesarias para mantener el área sin desechos.