El cambio climático es hoy una realidad imposible de eludir. Inundaciones, sequías, aumentos en el nivel del mar, entre otros fenómenos asociados al cambio climático son cada vez más frecuentes y sus consecuencias, resultan devastadoras para las comunidades, especialmente las más vulnerables. Por eso, necesita ser abordado de forma urgente.

Si bien es cierto que el cambio climático nos afecta a todos, y que cada uno puede contribuir desde su lugar a mitigarlo, las Ciudades deben asumir el compromiso de diseñar políticas públicas a largo plazo para reducir sus efectos. Uno de los casos más destacados es el de la Ciudad de Buenos Aires.

Buenos Aires trabaja cada día para lograr una ciudad sustentable, amigable con el ambiente e inclusiva, para que las futuras generaciones puedan disfrutar de un ambiente sano y limpio. Por eso desarrolló distintas acciones para proteger el ambiente de forma integral y sumarse a la lucha contra el cambio climático.

¿Cuáles fueron estas iniciativas y por qué podrían servir de modelo para otras Ciudades del mundo?

1. Plan de Acción contra el Cambio Climático

Se diseñó un documento con la situación ambiental de la Ciudad, donde se analizaron los cambios en el clima observados en los últimos años.

En base a eso, fue posible realizar proyecciones a futuro y abordar temáticas como: el desarrollo urbano, la salud, la inclusión social y la gestión sustentable del hábitat.

Este Plan es una herramienta fundamental para el diseño de políticas sustentables a largo plazo. Incluso, establece metas concretas para la reducción de gases de efecto invernadero y acciones positivas para mitigar el cambio climático; y podría replicarse en otras Ciudades del mundo.

2. Plantación de árboles

Considerando que los árboles tienen múltiples beneficios y ayudan a mitigar las emisiones contaminantes (absorben dióxido de carbono, purifican el aire y, además, combaten la contaminación sonora), todos los años en la Ciudad se incorporan nuevas especies autóctonas en el espacio público (plazas, calles y avenidas) y en los espacios verdes, como los grandes parques y la Reserva Ecológica Costanera Sur.

¡Desde el 2015 se plantaron casi 5000 nuevos ejemplares gracias a esta iniciativa!

3. Iluminación LED

La iluminación LED permite un ahorro de energía del 50% y reduce las emisiones de dióxido de carbono. Además, tiene una vida útil de más de 20 años, lo que la convierte en una alternativa ecológica y duradera.

Por eso, la Ciudad fomenta su uso en los espacios públicos y en los hogares, las escuelas públicas, los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSACs). Los espacios verdes de también están empezando a utilizar luminarias LED en sus instalaciones.

Asimismo, desde 2018 es posible conseguir lámparas LED en los puntos verdes de la Ciudad.

4. Reciclaje

La Ciudad además cuenta con un sistema de recolección diferenciada de residuos y trabaja en conjunto con más de 5000 recuperadores urbanos, nucleados en cooperativas de reciclaje que se ocupan de reinsertar los materiales a la industria.

Los recuperadores urbanos separan, clasifican y comercializan más de cinco toneladas diarias de reciclables, que provienen de los más de 200 Puntos Verdes.

Además, en el Centro de Reciclaje de la Ciudad se tratan alrededor de 2500 toneladas de materiales por día provenientes de las campanas verdes y de los grandes generadores de residuos (hoteles, supermercados, restaurantes, centros comerciales etc).

Este sistema de clasificación y separación permite reciclar casi a la mitad del total de los residuos que se general, que antes eran tratados como basura.

Además, también se trabaja sobre la prevención, realizando campañas anuales de comunicación (spots de televisión, radio, vía pública, entre otros) para concientizar a los vecinos sobre la importancia de la separación en origen y la correcta disposición de los residuos.

5. Reducción del uso de plásticos

El excesivo uso de plásticos también es un tema que trabaja la Ciudad, y que se vincula directamente con el cambio climático. Se calcula que en promedio una persona utiliza 250 bolsas plásticas al año, cuando pueden tardar en degradarse de 100 a mil años cada una. Además, consumen gran cantidad de energía para su fabricación, están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, las impresas pueden contener residuos tóxicos, si se las incinera se emiten gases contaminantes, y además en muchos casos terminan en los cursos de agua, generando la muerte de animales que las confunden con alimento.

Por eso, en el 2017 la Ciudad implementó la Ley 3147, mediante la cual se prohibió la entrega de bolsas plásticas livianas en todos los autoservicios, súper e hipermercados de la ciudad. Gracias a esta medida se redujo notablemente la presencia de bolsas en los arroyos entubados, lo que contribuyó a un mejor escurrimiento y, de este modo, a evitar las inundaciones. Los ciudadanos se adaptaron rápidamente a este cambio y hoy en día es normal el uso de ecobolsas, que son mucho más resistentes y ecológicas.

¡Felicitaciones, Buenos Aires! ¿Cuál de estas medidas creerías que también deberían implementarse en tu Ciudad?

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@BACiudadVerde

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@edumacchiavelli

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