Aunque muchas personas se han acostumbrado a comerlas casi a diario, las harinas refinadas no son buenas para la salud, pues a diferencia de las integrales, han pasado por un proceso en el que se les han quitado componentes fundamentales del grano entero. Esto reduce su contenido de fibra, proteína, vitaminas y minerales. Además, al consumir este tipo de harinas, aumentan los niveles de glucosa en sangre y cuesta más alcanzar la saciedad por lo que, al poco tiempo, el cuerpo vuelve a demandar energía.
Es por eso que las harinas integrales son una mejor opción. Sin embargo, hay personas que intentan eliminarlas de su dieta por completo, o que buscan otras alternativas.
Para que esta transición no sea tan difícil, debemos servirnos del pensamiento lateral. A veces no es necesario cambiar los hábitos en sí, sino encontrar alternativas. Si estás en este proceso hacia una alimentación con menos harinas, ¡debes saber que puedes seguir comiendo tartas! ¿Cómo? Pues con una base como la que aquí te compartiremos.
La receta pertenece a Funcional Nutrición y es súper fácil de hacer. ¿Te animas?
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Ingredientes
- 400 gr de calabaza
- 2 o 3 zanahorias ralladas
- 1 huevo y 1 clara
- 2 cucharadas soperas de avena procesada
- Sal y pimienta, a gusto
- ¡El relleno que más te guste!
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Preparación
1. Corta la calabaza en trozos pequeños y cocínala (al vapor o al horno sería lo ideal).
2. Mientras tanto, ralla las zanahorias
3. Cuando esté tierna, haz un puré con la calabaza
4. Pon en un recipiente el puré de calabaza, las zanahorias ralladas, el huevo, la clara, la avena procesada y los condimentos que más te gusten
5. Coloca la mezcla en un molde para tarta que se pueda desmoldar fácilmente y cúbrelo con papel para horno.
6. Cocina de 15 a 20 minutos hasta que la superficie esté más consistente.
7. Rellena con lo que más te guste: espinacas con queso, tomate y queso, cebolla y queso, hongos, ¡o lo que quieras!
8. Puedes acompañarla con una ensalada fresca de rúcula y tomates cherry, por ejemplo.
¡Cuéntanos qué tal te sale!
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