El ajo es una planta cultivada desde hace más de 7.000 años por la medicina natural debido a sus extraordinarias propiedades curativas. 

Muchas personas lo incorporan a su dieta especialmente como un saborizante natural. Pero si se presta atención, se puede observar que, si el ajo no se utiliza dentro de un determinado tiempo, comienza a germinar, para convertirse en una planta.

Algunas personas lo desechan en este momento, perdiendo la posibilidad de incorporar la gran cantidad de propiedades médicas y curativas del ajo germinado. 

Cuando el ajo se encuentra en su proceso de germinación, produce múltiples sustancias químicas, entre ellas las fitoalexinas, que utiliza para protegerse de insectos, virus, bacterias y plagas.

Las fitoalexinas son tóxicas para los microorganismos e insectos, pero resultan muy beneficiosas para la salud de las personas.

Además, si es el ajo es consumido luego de 5 días de madurez del proceso de germinado, sus cualidades antioxidantes se encuentran en su máxima concentración. El ajo, al igual que la de otros alimentos para conservarnos jóvenes, previene y retarda la oxidación de las moléculas, luchando a su vez contra los radicales libres.

El ajo tiene propiedades antibióticas, expectorantes, depurativas y desinfectantes. Además, reduce los niveles del colesterol LDL, actúa contra virus y bacterias intestinales, ayuda a prevenir el cáncer, protege el sistema cardiovascular, ayuda a reducir la presión arterial, regula los niveles de azúcar en sangre, aumenta la actividad del sistema inmunológico, purifica la sangre, y previene la arteriosclerosis, entre otras propiedades.

En cuanto a sus componentes, el ajo está formado por agua, proteínas y carbohidratos abundantes en fibra. A su vez, contiene gran cantidad de vitaminas (B1, B2, B6, B12, ácido fólico, E, C y A) y minerales (hierro, calcio, zinc, magnesio, etc) que se precisan para la correcta contracción muscular y el adecuado funcionamiento del sistema nervioso. Además, contiene alicina, el principio activo más poderoso del ajo, que le aporta su efecto antibiótico, previene las úlceras de estómago y favorece los sistemas cardiovascular e inmunológico.

La mejor forma de beneficiarnos del ajo y sus propiedades curativas es consumirlo crudo. De hecho, muchos recomiendan hacerlo por las mañanas. Aunque muchos se rehúsen a hacerlo por su fuerte olor, existen distintas formas de eliminar el aliento a ajo de manera rápida y natural

Por todo esto, el ajo se ha utilizado desde la antigüedad para tratar numerosas afecciones y dolencias. Además, al ser bajo en calorías, muy aromático y rico en nutrientes, es una alternativa saludable para reducir el consumo de otros ingredientes como la sal.

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