Hierbas vivas, brotan sentires

El reino vegetal moldea nuestro mundo al enriquecer los suelos con materia orgánica, al secuestrar dióxido de carbono de la atmósfera, potencial gas de efecto invernadero y son elementales en las redes tróficas, al suministrar alimentos, agua y refugio para otros organismos.

No obstante, las cualidades de las plantas no se limitan a los beneficios ecosistémicos anteriormente mencionados. En las últimas décadas, se ha pluralizado los saberes en relación a las especies vegetales y su aromaticidad.

Historia de los aromas

Los perfumes naturales forman parte de la historia de la humanidad desde sus comienzos. Antes de la ciencia, la religión, el arte, y antes de la aparición más rudimentaria del lenguaje, el ser humano comenzó a utilizar los aromas. En la aparición de los primeros fuegos, cuando las comunidades comenzaron a practicar el sedentarismo, cocinaban sus alimentos con fuego. Por casualidad, o por curiosidad, alguien una vez arrojó un fragmento de resina, o una especia, o una hierba, y el aire se llenó de perfume, y el humo se elevó con su preciosa carga.

"El humo que se eleva no sólo brinda alimento a los dioses, sino también a las personas que comienzan a disfrutar del agradable perfume que queda en el aire alrededor de la fogata." Empiezan a descubrir los efectos adicionales del humo aromático y poco a poco comienzan a identificar sustancias que mejoran la respiración, otras que calman dolores, y algunas que producen estado de relajación

De ello nace la palabra perfume, perfumun, en latín “a través del humo”. Es así que surgieron los primeros humos aromáticos, originados a partir de la combustión de los aceites esenciales que estas plantas poseen.

Estos primeros rituales son comunes a casi todas las religiones del mundo, muchas de las cuales continúan actualmente utilizando las ofrendas aromáticas en diferentes rincones del planeta, por ejemplo: el incienso.

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Romero.

Portadores de aromas ¿De dónde se originan los aromas vegetales?

Un amplio espectro de plantas presenta en sus tejidos o expulsan al ambiente sustancias aromáticas que se clasifican como aceites esenciales, esencias o aceites volátiles. Algunas se encuentran en pequeños pelos llamados tricomas glandulares que vierten sus sustancias al aire y otros aromas se emiten por osmóforos, glándulas presentes principalmente en algunas flores tales como los jazmines, rosas y violetas.

Desde la ecología, se considera que estas sustancias emitidas por los yuyos aromáticos son adaptaciones ecológicas y evolutivas, desarrolladas para atraer a algunos animales, sobre todo polinizadores o para repeler a los herbívoros que quieran comer de ellas, manteniéndolos alejados.

5 plantas aromatizantes y saborizantes

A continuación, se presentan 5 especies fundamentales en las culturas humanas:

1. Salvia

(Salvia cupidata subp. gilliesii (Benth.) J.R.I. Wood). Esta especie nativa de Argentina se utiliza para saborizar sopas y leche hervida.

Imagen: Instituto de Botánica Darwinion.

2. Ajenjo

(Artemisia absinthium L). Posee un sabor extremadamente amargo, y un olor muy aromático y seco. Se utiliza como insecticida natural.

Imagen: Instituto de Botánica Darwinion.

3. Manzanilla

(Matricaria chamomilla L.) Se utilizan sus flores, de sabor amargo y olor a manzana (de donde deriva su nombre vulgar).

4. Pimienta roja

(Schinus molle L. var. Molle). Toda la planta genera una resina muy aromática que se aprecia con sólo quebrar una hoja o ramilla. Su aroma recuerda al pimentón.

Imagen: Fauna y flora de la Argentina nativa.

5. Cedrón de monte

(Aloysia gratissima (Gillies & Hook. ex Hook.) Tronc. var. gratissima). Arbusto nativo de la Argentina, posee flores con aroma muy dulce, parecido al jazmín, que atraen mariposas.

Imagen: Instituto de Botánica Darwinion.

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Investigando y activando aromas

A continuación, se detallan algunas acciones que se pueden practicar para explorar el mundo de los yuyos aromáticos:

Las plantas aromáticas ligan prácticas espirituales, gastronómicas, medicinales que moldean nuestras culturas: sahumar, elaborar un té, condimentar nuestros almuerzos y cenas, ofrendar a dioses o seres queridos, son rituales. Por todo esto, las plantas aromáticas no se deben olvidar, ellas portan saberes y prácticas milenarias, tesoros inigualables que se deben compartir entre los pueblos.