Tal vez ya has oído hablar de los alimentos probióticos: son, básicamente, alimentos fermentados ricos en bacterias "buenas", iguales a las que viven en nuestros intestino. Consumir estos alimentos permite equilibrar la flora intestinal y mejorar las funciones del sistema digestivo.
El Yogurt es uno de los alimentos probióticos clásicos, pero en la actualidad se ha puesto de moda en occidente un nuevo producto: el kéfir.
Aunque de este lado del mundo es novedoso, en realidad es uno de los alimentos lácteos más antiguos que existen. Proviene de la región del Cáucaso, y sus propiedades son tan admirables que los antiguos musulmanes lo consideraban el maná de Alá.
De hecho, se cree que el nombre Kéfir proviene del turco, y significa “sentirse bien”. Como verás, la tradición ya le daba al kéfir propiedades inigualables, y en la actualidad la ciencia no ha hecho más que comprobarlas.
Pero…
¿Qué es el Kéfir?
Hemos estado hablando del origen del Kéfir, pero quizá has llegado hasta aquí sin entender exactamente qué es.
El kéfir es un producto parecido al yogur líquido, fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras y bacterias. Se hace a partir de gránulos o nódulos (de aspecto similares al coliflor, aunque más blandos), que reciben el mismo nombre.
Los granos de kéfir son los que contienen las levaduras y bacterias lácticas que, cuando se ponen en contacto con leche, generan la fermentación. El kéfir también puede hacerse a partir de agua con azúcar (ver receta al final).
Beneficios del kéfir para la salud
Pero, ¿Por qué esta bebida nos hace tan bien? ¿Por qué era considerada el elixir de Dios, y todavía hoy se sigue consumiendo con vehemencia?
Eso es porque el kéfir tiene muchas propiedades, que son buenas para la salud. Estos son los beneficios científicamente comprobados de esta increíble bebida.
Salud gastrointestinal
Como ya dijimos, el kéfir es un alimento probiótico, lo cual significa que tiene enormes beneficios para la salud gastrointestinal.
Un estudio publicado en el 2005, por ejemplo, ha demostrado que consumir kéfir puede reducir hasta en un 44% la inflamación estomacal.
Además, como equilibra la flora intestinal, permite acabar con estreñimiento y tránsito lento, evita problemas como diarrea, disminuye los gases intestinales y cólicos, y disminuye las posibilidades de contraer enfermedades como gastroenteritis.
Ayuda a bajar de peso
Es que al estar equilibrada la flora intestinal, el cuerpo absorbe mucho mejor los nutrientes de cada comida. Por eso, sentiremos más saciedad y menos hambre: después de todo, el cuerpo ha obtenido lo que necesitaba.
Mejora el sistema inmunológico
Al ayudar a absorber los nutrientes, el kéfir ayuda a que el cuerpo esté mejor protegido contra agentes externos; nuestras defensas también necesita alimentarse.
Además, el consumo regular de kéfir ayuda a la producción de macrófagos, células encargadas de atacar y destruir bacterias y agentes externos.
Previene enfermedades
Por lo dicho anteriormente, el consumo regular de kéfir puede ayudar a prevenir y curar todo tipo de enfermedades.
Se ha utilizado satisfactoriamente como remedio natural y preventivo de enfermedades tan variadas como reumatismo, asma, hipertensión arterial, artritis y enfermedades inflamatorias crónicas.
También es un alimento recomendado en las dietas de personas con cáncer o HIV-sida, como complemento natural de cualquier plan de alimentación o tratamiento farmacológico. Puede ayudar a mejorar los síntomas de dichas enfermedades.
Recetas para hacer Kéfir en casa
Lo mejor que tiene el kéfir es que, consiguiendo los granos, puedes preparar la bebida en casa sin ningún esfuerzo. Solo necesitas un poco de paciencia para dejar que se produzca la fermentación.
Se convierte así en una bebida barata y que puedes tener siempre preparada. Es tan sencilla que conviene siempre hacerla en casa que comprar el kéfir envasado (que, por cierto, es más caro y más difícil de conseguir).
Hay dos formas de hacer esta bebida: a base de leche o a base de agua
Receta de Kéfir con leche
Para esta receta solo necesitas:
♦ 100 grs de granos de kéfir
♦ 1 litro de leche
Consigue un recipiente de vidrio de boca ancha (y preferiblemente con tapa), que pueda contener toda la leche. Esta puede ser entera o descremada, estar pasteurizada o no. Si es entera, la consistencia del kéfir resultará más espesa mientras que si usas leche descremada será más bien líquida.
Coloca la leche fresca en el recipiente, añade los granos de kéfir y tapa el recipiente. Deja reposar la mezcla a temperatura ambiente por lo menos 24 hs. (aunque si puedes dejarla un poco más, mejor. Hasta 48 hs. puede mantenerse en reposo).
Pasado ese tiempo, ya tendrás la leche fermentada.
¿Sabes qué es lo mejor? Puedes rescatar los granos de kéfir y volver a usarlos en una futura cocción.
¿Verdad que es fácil y barato?
Lo ideal es que cocines la leche fermentada que has obtenido, y luego beberla inmediatamente o guardarla en la nevera para consumir en cualquier momento.
- Valor nutricional del Kéfir de leche
El Kéfir de leche tiene todos los beneficios de esta, pero además se le suma la fermentación. Por lo tanto, es rico en calcio, potasio y vitamina D, imprescindibles para asegurar la fortaleza de los huesos.También contiene proteínas y vitamina A.
Finalmente, contiene una buena cantidad de proteínas y apenas 3,5 gr. de grasa.
Receta de Kéfir con agua
Para aquellos que no consumen leche (veganos, intolerantes a la lactosa, etc.), esta es la opción ideal. El kéfir en leche fermenta a través del azúcar que esta trae incorporada. Si hacemos kéfir de agua, solo es necesario agregar azúcar adicionada para generar el mismo efecto de fermentación.
Es importante que sepas que hay gránulos especiales para hacer Kéfir de agua. Aunque puedes usar los mismos que en el kéfir de leche, no obtendrás los mismos resultados. Así que cuando vayas a comprar, ten cuidado en preguntar bien ese detalle.
En este caso, entonces, necesitas
♦ 100 g de nódulos de kéfir de agua
♦ 60g de Azúcar mascabada o morena
♦ 1 litro de agua
Coloca el agua en un recipiente de vidrio de boca ancha, en lo posible que tenga tapa. Añade luego los granos de kéfir y el azúcar y tapa el recipiente (si no tiene tapa, busca la manera de hacerlo, por ejemplo, con un paño y una banda elástica).
Ahora, toca agitar bien el recipiente para que todos los ingredientes se mezclen a la perfección.
Una vez hecho esto, deja reposar la mezcla entre 2 y 3 días a temperatura ambiente. Pasado este tiempo, cuela la infusión para rescatar los granos de kéfir y poder beber el agua resultante sin problemas.
Puedes guardar el kéfir de agua en la nevera como máximo por una semana. Esta preparación es menos gustosa que la de leche. Por eso puedes agregarle jugo de frutas, té, jengibre o lo que se te ocurra para saborizarla.
¿Sabes qué es lo mejor?
Que la fermentación del kéfir hace que el agua quede levemente gasificada, por lo que agregándole algún saborizador tendrás un refresco 100% natural, ideal para acompañar tus comidas o días de calor.
- Valor nutricional del Kéfir de agua
Tienes que considerar que el Kéfir de agua se parece más a una bebida que a un alimento. Esto significa que su valor nutricional es muy bajo en relación al de leche. Sin embargo, como bebida es notablemente más saludable que un refresco, y hasta tiene más propiedades que beber solamente agua.
Lo más notable en el Kéfir de agua es su contenido probiótico, es decir, de bacterias que ayudan a tu sistema digestivo.
Conservación del kéfir
Los gránulos de kéfir pueden durar en buen estado hasta un año si sabes cómo.
Una de las maneras habituales es guardarlos en seco. Para ello, debes lavarlos bien y luego secarlos prolijamente con papel de cocina. Debes ir cambiando el papel de cocina todos los días y remover el kéfir, realizando el proceso al menos durante 5 días. Te darás cuenta cuándo el kéfir está seco porque tendrá un aspecto más de cristal y tendrá una consistencia menos blanda.
Entonces, envuélvelos en papel aluminio, y guárdalos en un lugar seco y fresco. Cuando quieras usarlos, deberás hidratarlos en un recipiente con agua toda la noche.
Los nódulos de kéfir también pueden congelarse. Para que no se estropeen, debes guardarlos en un recipiente pequeño con tapa, que a su vez dejes dentro de otro recipiente. Para descongelarlos, solo debes dejarlos a temperatura ambiente o sumergirlos en agua tibia.
El kéfir de leche ya preparado tendrá una duración de hasta 14 días en la nevera, siempre y cuando esta enfríe correctamente (a 4 grados aproximadamente), y esté tapado.
El kéfir de agua en mismas condiciones que el de leche, con tapa hermética, puede durar… ¡Hasta un año! De todos modos, cuanto más tiempo esté almacenado menor será su efecto probiótico, así que te recomendamos no esperar tanto para tomarlo.
Precauciones
El kéfir es una bebida saludable, y en general su consumo no implica riesgos graves para la salud, aunque hay que tener en cuenta algunas precauciones.
La fermentación del kéfir genera un porcentaje pequeño de alcohol (alrededor de un 1%). Para personas sanas, esto no implica ningún riesgo. Pero si tienes problemas graves de hígado, o si no puedes probar alcohol por algún otro motivo, se recomienda no consumir esta bebida.
Otra precaución importante que debes tener en cuenta es que los utensilios usados durante su preparación (recipiente, colador, etc.) no deben ser de aluminio. El kéfir es un medio ácido, y en esas circunstancias el aluminio puede transferirle al alimento partículas nocivas.
Aunque es muy saludable, como cualquier otro producto es importante consumirlo en cantidades razonables. Su abuso puede generar el efecto inverso, como dolores abdominales o diarrea. No tomes más de dos tazas al día como máximo.
¿Conocías el kéfir? ¿Vas a hacerlo en casa?
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Fuentes: