El elixir negro que nos regresa a la vida cada mañana muchas veces pasa de salvavidas a adicción. Los países nórdicos son los mayores consumidores de café en el mundo. Finlandia encabeza la lista con un consumo anual de 12 kg por persona, y aunque a muchos eso nos parece inverosímil, todos conocemos a alguien que no es funcional antes de la primera taza en la mañana.
Sin embargo, esto también ha dado rienda suelta a que la cafeína sea parte integral de nuestras vidas. Refrescos, bebidas energéticas, chocolates y más productos tienen cafeína.
Existe la creencia de que la cafeína sirve para aliviar el dolor de cabeza. Pero, ¿es realmente así?
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Una taza para el dolor
La realidad es que tomar café sólo es bueno para algunos tipos de dolores de cabeza. Si daalivio o empeora el malestar dependerá en gran medida factores que varían de persona a persona.
Hay dolores que tienen su origen en la hinchazón de las venas de la cabeza. En estas situaciones la cafeína puede ayudar a que las venas se contraigan y mitigar el sufrimiento. También puede ayudar a que los músculos se relajen, para liberarnos de la tensión que llegamos a tener.
Sin embargo, mucha cafeína puede ocasionar el efecto inverso y hacer que los músculos, en lugar de relajarse, se tensen mucho más. De este modo, el mal se vuelve doblemente grande.
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No hay dosis perfecta
Como se dijo anteriormente, la cafeína se puede convertir en adicción, por lo que tal vez un día una taza es suficiente para despertar y sentirte activo, pero otro día la usas para un dolor de cabeza y después te encuentras tomando más de 400 mililitros de cafeína al día. Recuerda que una taza de café tiene entre 100 y 159 miligramos, mientras que una lata de refresco tiene sólo 46 miligramos.
Sin embargo, una taza de café es mucho más benigna que la soda, pero el verdadero enemigo, cuando hablamos de ingerir cafeína, es la bebida energética. Este producto tiene neuroestimulantes que pueden actuar negativamente al tratarse dolores de cabeza. De hecho hay estudios que lo ligan con mareos, convulsiones y embolias.
Por ejemplo, muchas personas optan por bebidas energéticas cuando tienen resaca, creyendo que se hidratan y de esa manera terminan con el dolor de cabeza. Sin embargo, lo mejor es cuidar lo que ingerimos, incluso si se trata de una taza de café.
Cada cuerpo es distinto, y debemos tener en cuenta que nuestro sistema nervioso puede funcionar completamente distinto a esa persona, por lo que la automedicación nunca es la opción.
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