Entre los aceites vegetales más conocidos y utilizados se encuentran el de oliva y el de girasol. También conocido como aceite de maravilla, el aceite de girasol se extrae del prensado de las semillas de la planta que lleva su mismo nombre. Es un aceite comestible que suele utilizarse para acompañar ensaladas o elaborar frituras industriales por su contenido en calorías, propiedades y nivel de densidad.

Aunque se crea perjudicial para la salud, el aceite de girasol si se consume de forma cruda ofrece múltiples beneficios para el organismo. Esto lo sabían nuestros ancestros, por eso, desde el conocimiento de la planta originaria de América del Norte la comenzaron a cultivar y extender hasta el territorio europeo. Y en la actualidad, el producto de sus semillas se ha convertido en uno de los aceites más vendidos y consumidos en muchos continentes del mundo.

¿Qué Vitaminas aporta?

Básicamente este tipo de aceite es más un conjunto de grasas en las que se incluyen el ácido linoleico (59%, polinsaturada omega 6), el ácido oleico (30%, monoinsaturada omega 9). Así como el ácido esteárico (6%, saturada) y el ácido palmítico (5%, saturada).

Sin embargo, es considerado uno de los productos más ricos en vitamina E, aunque en menor cantidad, posee también vitamina A y antioxidantes. Es importante mencionar que estos aportes vitamínicos se aprovechan mejor en crudo que en frituras.

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sus Propiedades y calorías

Gracias a su alto contenido en ácidos grasos y su porcentaje de vitaminas, el aceite de girasol ofrece muchas propiedades que resultan beneficiosas para la salud. Entre ellas, las más reconocidas son las siguientes:

Debido a sus principios activos que derivan de su contenido en vitamina E, es capaz de proteger al organismo contra el efecto de los radicales libres. También contribuye a la prevención del cáncer y otras enfermedades degenerativas.

Es un producto que ayuda a combatir la artritis, dolores de articulaciones y huesos.

Por su contenido en ácidos grasos poliinsaturados, destacando el el ácido linoleico (omega 6), ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Además, estas sustancias no las produce el cuerpo de forma natural y deben ser adquiridas a través de la dieta.

El consumo del aceite de girasol le brinda al cuerpo vitaminas y antioxidantes que lo ayudan a proteger la piel de los rayos solares. También contribuye a retener la humedad en la piel y ayuda a la formación de elastina y colágeno.

Esto es debido a la cantidad de eicosanoides que tiene en su composición. Se trata de unos ácidos grasos que se involucran con el control del sistema inmunológico, la coagulación sanguínea y el desarrollo celular.

Gracias a su textura ligera, este producto puede suavizar y aportar brillo al cabello y al mismo tiempo combate el encrespamiento, la resequedad y la rotura. Actúa como un acondicionador natural que permite manejar fácilmente el cabello.

Recomendaciones para su uso: el aceite de girasol no soporta las altas temperaturas y puede perder contendido de vitamina E al ser cocinado. Por ello, se recomienda el consumo en crudo y preferiblemente sin refinar ya que su contenido en vitaminas se mantiene intacto.

Calorías

En cuanto al contenido de calorías que tiene este producto, podemos relacionarlo en base a 100 gramos. Siendo así que por cada 100 gramos, posee 884 calorías. Viéndolo desde otra perspectiva, en una cuchara de aceite de girasol hay 120 calorías, y en una onza 251 calorías.

Densidad

Esta variedad de aceite es uno de los más utilizados en la gastronomía de muchos países por su valor nutricional y también por su densidad. La cual oscila entre entre los 0,918 y 0,913 Kg/litro, que permite que su utilización sea manejable y muy versátil.

De hecho, la densidad de un aceite es un factor que habla de su calidad. En el caso de este producto, la densidad que tiene es considerada muy buena y destaca por estar entre las más próximas a lo que se denomina supremo. Esta condición es más notoria cuando no está procesado.

Precio del aceite de girasol

El precio de este aceite es mucho más bajo que el de oliva, por esta característica y por sus propiedades digestivas se convierte en un ingrediente perfecto de la mayonesa.

El costo exacto depende del país y la moneda en la que se vaya a adquirir el producto. Pero, este siempre será menor al precio que se tiene que pagar por el de oliva.

Sin embargo, al igual que el aceite de oliva virgen, existe una oferta de girasol sin refinar. Esta presentación es conocida como 'bio' o 'eco' y su precio es elevado. También se elabora una alternativa llamada aceite de girasol alto-oleico, la cual se logra de una serie de semillas que tiene un porcentaje de ácido oleico similar al de oliva.

¿Cómo hacer aceite de girasol?

Existe una manera sencilla de hacer nuestro propio aceite de girasol en casa y a continuación te brindamos unos sencillos pasos para lograrlo. Los ingredientes que necesitas tener en casa es agua, semillas de girasol y como instrumentos, un horno, molino y una olla.

1) Inicias pelando el girasol haciendo uso de un el molino, en caso de no tenerlo se puede utilizar la licuadora, con repeticiones de unos pocos segundos. Luego se colocan las semillas en un recipiente con agua y se procede a eliminar cualquier fragmento de cascara en la superficie del agua. Vacíe el recipiente y extraiga el producto sin el agua.

2) Se enciende el horno para que vaya recalentando a unos 150 grados centígrados aproximadamente. Enseguida se colocan las semillas en una bandeja para galletas y se asan durante 30 minutos o hasta que se doren. Luego se retiran y se dejan enfriar. A continuación se trituran hasta formar una pasta.

3) Se procede a llenar un recipiente con agua y la pasta de las semillas. Posteriormente se calienta el agua hasta que hierva, cuando el aceite vegetal suba hasta la superficie se debe ir juntando con una cucharilla cuidadosamente y guardándolo en una botella o un recipiente con tapa. ¡Y listo! ahora debes almacenar tu producto en un lugar seco y a temperatura ambiente.

¿Conocías todo lo que te ofrece el aceite de girasol?