Estos son los 8 mitos sobre el consumo de la sal y qué cantidad debes ingerir por día. Puesto que pese a que muchas veces se considera que la sal es un alimento negativo, lo cierto es que es algo fundamental para que el organismo humano funcione correctamente.

Se sabe muy bien que el exceso de sal en la alimentación es perjudicial, no obstante eliminarla en su totalidad es un error. Dicho alimento es un aporte de sodio, que es un mineral indispensable para regular el pH y la retención de líquido, manteniendo una hidratación adecuada.

¿Cuáles son las recomendaciones para el consumo de sal?

En el caso de los adultos, la OMS recomienda un consumo de menos de 5 gramos de sal por día. Lo que equivale a un poco menos de una cuchara de té. Para el caso de los niños, lo recomendable es bajar esta cantidad. Donde la cantidad máxima para los niños de entre 2 a 15 años debe ser en función de las necesidades energéticas con relación a la cantidad de sal de consumo adulto.

La recomendación anterior no abarca el periodo de lactancia natural exclusiva, no tampoco la alimentación complementaria para la lactancia natural. Todo consumo de sal debe ser yodada, en otras palabras, enriquecida con yodo. Siendo esencial para un sano desarrollo del cerebro del feto y también del niño pequeño. Al igual que para la optimización de las funciones mentales en general.

¿Cuáles son los mitos acerca del consumo de sal?

Cuando una persona, con motivo o sin él, toma la decisión de comenzar una dieta con un consumo bajo de sal, tiene que eliminar el consumo de alimentos ultraprocesados. Esto se debe a que son aquellos alimentos que tienen un aporte de sal mucho más alto. Cosa que obliga a consumir platos preparados en casa y con mayor cantidad de frutas, legumbres y verduras.

También se recomienda hacer actividad física y comer con moderación, para reducir las probabilidades de contraer alguna dolencia que se encuentre relacionada con el consumo de sal. No obstante, estos son algunos de los mitos que tienen que ver con este factor.

Incrementa la presión arterial

La conexión que existe entre la sal y el aumento de la presión arterial fue establecida en el año 1904. Pero no se pudo probar hasta el año 1940, en el momento que el científico Walter Kemper fue capaz de demostrar que una dieta de arroz cocido con poca sal disminuía la presión arterial en aquellas personas que la tenían alta.

Dicha verdad universal se encuentra hoy en día en duda. Y a pesar de que muchos estudios demuestran que reducir el consumo de sodio reduce la presión arterial, parece ser que este efecto se puede apreciar en las personas hipertensas. De la misma forma que ocurre con aquellas que padecen obesidad y los ancianos.

Sin embargo, no hace que incremente en aquellas personas que tienen una presión arterial normal. Quiere decir que este hecho desmiente desde un principio la idea de que el consumir sal engorda. Aunque nunca hay que dejar de lado el hecho de llevar buenos hábitos alimenticios.

Definitivamente, la sal no es lo único que provoca que aumente la presión arterial, ni todas las personas responden de la misma forma frente al sodio. Quienes se encuentren afectados por enfermedades como la hipertensión, dolencias crónicas en los riñones, diabetes, entre otros, poseen una mayor sensibilidad a las enfermedades asociadas con la sal.

La sal engorda

Esto no es cierto, ya que se trata de un alimento que no ofrece calorías y, por este motivo, no posee un efecto directo en el aumento de peso. Se una prueba en un grupo de cosmonautas de Rusia, siendo estudiados mientras permanecían aislados en una simulación de un viaje espacial. Demostrando que presentaban menos sed cuanto más consumían sal, pero aumentando su sensación de hambre.

Una situación similar ocurrió en un experimento con ratones. Los cuales quemaban más calorías si se incrementaba su ingesta de sal. Y para que pudieran mantener su peso, era necesario darles de comer un 25% más de alimentos. Investigaciones como estas contradicen la idea convencional de cómo el cuerpo administra la sal. Sugiriendo que en mayores cantidades contribuye con la pérdida de peso.

Mejor es una dieta sin sal

Este mito no solo es falso, sino que además puede ser perjudicial. El consumo de sal es importante, ya que el cuerpo la necesita para mantener el equilibrio en los fluidos corporales. Al igual que para mantener los niveles apropiados de presión sanguínea. Siendo esencial para que funcione correctamente el sistema nervioso y la musculatura.

Existen estudios que afirman que las personas que consumen menos de 3 gramos de sal diarios, es probable que sufran alteraciones en su salud. Cosa que puede ser tan grave como los que sobrepasan los 7 gramos de sal, incluso enfermedades que están asociadas con el corazón.

Bajos niveles de sodio pueden generar que aumente el colesterol y los triglicéridos en la sangre, provocando también un desequilibrio hormonal. Las funciones endocrinas, que mantienen la sal en el organismo, son activadas cuando el sodio disminuye. Lo que puede derivar en un incremento de la mortalidad.

Por lo tanto, tener un déficit de sal puede ser el factor responsable de una dolencia que se conoce como acidosis respiratoria. Que ocasiona que incremente el nivel de dióxido de carbono en la sangre, volviendo esta más ácida.

Problema de mayores

Quienes tienen esta idea, deben saber muy bien que este es uno de los mitos faltos que tiene que ver con el consumo de sal. En cantidades excesivas afecta a los niños y jóvenes, por lo cual es necesario moderar el uso de la sal en la alimentación diaria. La sal es de gran ayuda para potenciar el sabor de los alimentos. Según parece, cuando entra en contacto con las papilas gustativas, produce un impulso eléctrico hacia el cerebro que hace que se perciban los sabores.

Al contrario de lo que muchos piensan, el gusto por los sabores que son salados no proviene de la genética, es más bien algo aprendido. De esta forma, se puede ir reduciendo la cantidad que es añadida a las comidas. Entrenando al paladar para apreciar el sabor de los alimentos sin tener tanta sal.

Otros consejos para no consumir tanta sal es comprobar las etiquetas de los alimentos empaquetados, escogiendo los bajos en sal. También es recomendable reemplazarla por otros condimentos como las hierbas aromáticas y las especias. También es de gran importancia evitar llevar el salero a la mesa. Estudios afirman que al añadir sal directamente al plato servido, se utiliza más de la que se agrega al cocinar.

Otros tipos de sal no son perjudiciales

Todo depende, puesto que se cree que las sales que se encuentran de moda en la gastronomía, poseen propiedades beneficiosas. Y en muchos de los casos esto puede ser cierto, pero en cantidades tan pequeñas que los efectos no se perciben. Existe también el riesgo de consumir más sal de la que es recomendada, ya que contienen tanto sodio como el resto.

Produce retención de líquidos

Esto es algo que no necesariamente sucede y tampoco en todas las personas. Tiene que ver con un trastorno metabólico, que se conoce como edema. Que ocasiona que se acumule líquido en diversas partes del cuerpo. Es verdad que el sodio de cierta forma contribuye con esto, pero en personas que son más propensas a esta afección. Como en la menopausia, obesos o embarazadas.

Beber agua, no comer demasiada proteína, tener algún problema en los riñones, llevar una vida sedentaria, forman parte de las causas, que contribuyen a la retención de líquidos. Consumir menos sal, beber más agua y hacer actividad física, son hábitos que permiten combatir los síntomas.

Cuando un alimento no es salado significa que no lleva sal

Al igual que el caso anterior, no es del todo verdad, porque muchos de estos alimentos que poseen sal en cantidades considerables, no se les percibe el sabor. Sucede con los envasados, donde se camufla con otros ingredientes. A menudo se encuentra hasta en productos dulces, porque el azúcar puede disimular el sabor salado. Dando la idea de que contiene menos sal de la que realmente tiene.

Tomar sal luego de hacer ejercicio

Es verdad que el sodio es expulsado del cuerpo mediante el sudor y la orina, por lo que se puede pensar que después de hacer ejercicio es necesario reponer la sal perdida. Sin embargo, no sucede de esta forma. Con solo beber agua y llevar una alimentación rica en minerales y otros nutrientes, es suficiente para reponer las sales que se han perdido. Si se realiza actividad física por más de una hora, se recomienda consumir alguna bebida energética.

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Fuente:

WHO, Menshealth, La vanguardia.