El agua es su medio, el sitio en el que más cómodo se siente, y a donde siempre busca volver. Nacido en San Isidro en 1988, Yago pasó algunos de los primeros años de su vida flotando, zambullido en el mar y rodeado de naturaleza.
"Tuve la suerte de vivir en un barco con mis hermanos cuando éramos chicos y eso me cambió la vida". Los años que vendrían más tarde quedarían marcados por esa etapa, que trazaría su camino hasta donde se encuentra hoy, luego de haber pasado por tantas experiencias marinas en sus 32 años de vida.
"Sinceramente necesito mirar el agua en mi día a día para estar en equilibrio. Gran parte de mi vida pasé navegando y me encuentro muy cómodo haciendo programas que sean en el agua", nos cuenta Yago.
Se convirtió, junto a su hermano Klaus, en regatista olímpico en los juegos Olímpicos de Verano del 2016, año en el que su padre Santiago pasaría a la historia por llevarse la medalla dorada en su categoría.
un activista por accidente
A fines del 2018, entrenando un día como cualquier otro, Yago se topó con una isla de residuos que flotaba en el Río de la Plata. Botellas, bolsas plásticas, restos de electrodomésticos, y muchas cosas más le obligaron a cambiar el rumbo.
Casi sin quererlo, se convirtió en uno de los máximos referentes en la concientización por la limpieza de las costas, cuando convocó desde su cuenta de Instagram a una limpieza en el Náutico de San Isidro, club al cual asistió durante toda su vida.
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"Quede impactado por el estado del Río de la Plata respecto a la contaminación plástica y decidí junto a mi hermano y unos amigos organizar una limpieza, nunca antes había participado de una y no tenía noción de lo que iba a suceder", cuenta Yago que, tres años después, sigue impactado con la repercusión que tuvo esa iniciativa.
Repentinamente, a partir de su convocatoria, se organizaron jornadas de limpieza en 25 puntos de Argentina, y él se consagró como uno de los máximos referentes del movimiento en el país.
En aquel momento emprendió un nuevo camino en el que profundizó y reconfiguró su relación con el agua. Desde entonces comenzó su cruzada contra los plásticos de un solo uso, cambió su dieta por una que incluyera alimentos orgánicos y realiza esfuerzos por reducir y compensar su huella de carbono.
El aire, el agua y la tierra son vitales para nuestra existencia y me sirve mucho preguntarme qué estoy haciendo para que eso se mantenga".
Si bien reniega del mote de “activista ambiental”, y prefiere decir que él es un deportista que milita en las redes sociales con las limpiezas, lo cierto es que a través de su activismo ha logrado movilizar e inspirar a miles de personas a involucrarse con la higiene de las costas de Argentina y el mundo.
"Intento hacer cosas para cuidar la salud del planeta y disfrutar el proceso de mi cambio personal y en comunidad. Voy aprendiendo día a día y disfruto conocer gente que hace cosas por cuidar lo que es de todos", cuenta el ambientalista a propósito de su nuevo rol como influencer ambiental.
Desde entonces, Yago ha conseguido amplificar su mensaje e inspirar a muchos más a tomar cartas en el cuidado de nuestro planeta, siempre convencido de que todos somos parte del problema, y que cada botella de plástico que consumimos, cuenta.
En 2019, se convirtió en embajador de Parley, una organización internacional que busca concientizar acerca de los efectos del modo de vida y modelo económico predominantes, para los océanos.
Su cruzada contra los plásticos de un solo uso
Hoy en día, los océanos funcionan como un basural al cual llegan entre 4,8 y 12,7 toneladas de plástico por año. Junto con las redes de pesca abandonadas, éstos representan el 70% de la basura marina.
Se estima que los plásticos de un solo uso representan el 49% de la totalidad de los residuos de este material que flotan en el mar. Las botellas, las colillas de cigarrillo y los hisopos son los tres elementos de este tipo que se encuentran en mayor medida contaminando las aguas.
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Por supuesto que en las jornadas de limpieza, esta realidad no pasa desapercibida, y por eso Yago encuentra que los plásticos de un solo uso son uno de los mayores problemas los cuales nos enfrentamos en la actualidad.
"Me impresiona la cantidad de ítems de un solo que encontramos en cada limpieza. En diciembre organizamos un par de limpiezas en unas islas en Brasil en la región de Ubatuba. Desde afuera el lugar era el paraíso pero cuando empezamos a investigar estaba lleno de plástico descartable. El telgopor es algo que está afectando mucho las costas y creo que hay que mencionarlo mucho más".
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Resulta ser una realidad dolorosa, ya que se trata de materiales que, por unos pocos minutos de uso, pueden tardar hasta mil años en degradarse. En sus limpiezas suele encontrarse con basura que ha flotado por años en el mar. "Durante una limpieza en el náutico san Isidro encontramos una botella con etiqueta de 1980", nos cuenta Yago dando cuenta de la cantidad de años que puede pasar un plástico a la deriva en el océano.