Las imágenes de las terribles inundaciones que ocurrieron en Venecia los pasados meses de noviembre y diciembre recorrieron el mundo entero. Las aguas altas, que no alcanzaban semejante altura desde 1966 en la ciudad italiana, son consecuencia de varios factores exacerbados por el cambio climático.
Después de la conmoción por la lucha contra las mareas altas, la ciudad famosa por sus canales de agua y sus carnavales se enfrenta con un extraño fenómeno: desde el 9 de enero sus aguas se encuentran poco profundas y el nivel del mar descendió a menos de 50 centímetros, alcanzando un pico de 45 centímetros bajo el nivel del mar.
La situación es exactamente contraria al pico máximo de la marea el pasado 12 de noviembre, que alcanzó los 187 centímetros, generando un estado de catástrofe natural con severas inundaciones que tuvo como resultado una Venecia devastada.
Desde hace 5 días que los inconvenientes para Venecia y sus habitantes han regresado por el fenómeno conocido como secche della Befana (en español “sequías de la Befana”, porque ocurre cerca del 6 de enero, cuando en Italia se celebra “la Befana”, una tradición que forma parte de la historia católica de los reyes magos).
La marea baja dificulta la navegación por los canales internos de agua e impide el paso de embarcaciones y el transporte de mercancías, en algunos casos. Las góndolas luchan por moverse o terminan varadas en los bordes de los canales secos, lo que crea problemas para los servicios de emergencia como el paso de las ambulancia y los bomberos.
Las principales zonas afectadas por las aguas poco profundas son los distritos de San Polo y Santa Croce, mientras que en los canales centrales aún no se presentaron dificultades. Las causas de este suceso de bajamar se le atribuyen a las condiciones climáticas de alta presión y las corrientes marinas descendentes.
El mes de enero suele ser un mes de baja presión en Italia, lo que implica menos aguas altas y algunas maneras altas. Sin embargo, Venecia ha experimentado sequías en pocas ocasiones: en 2018 los niveles de agua también eran mínimos, en 2016 los niveles cayeron 66 centímetros, mientras que en 2008 y 1989 disminuyeron a 90 centímetros.
Las mareas excepcionalmente bajas volvieron a poner en discusión la cuestión del mantenimiento de los canales, a través de la excavación que se ha discutido durante años. La solución sería cerrar sus canales por un tiempo ilimitado para sacar el agua y eliminar el lodo. Sin embargo, la falta de fondos no permite, por lo pronto, poner en marcha el sistema.
Otro de las cuestiones que trae el inesperado suceso es la preocupación por la crisis climática, que genera en Venecia un contraste muy claro: de inundaciones severas a una sequía que impide el desarrollo normal de esta encantadora ciudad.