Renovar el auto “viejo”, apresurarse a comprar las prendas de temporada y tener la despensa llena de productos que quizás necesitemos. No es sencillo abandonar estos hábitos de consumo cuando medimos nuestro bienestar en bienes y productos. Al revisar nuestros hábitos de consumo es útil recordar que la felicidad no consiste en tener cosas. La nueva web de Greenpeace México es la guía ideal para revisar nuestros consumos.
Por el contrario, la obsesión por adquirir productos nuevos sí puede poner en riesgo nuestro bienestar. Desde los procesos productivos de fabricación, distribución y venta hasta en el manejo de la basura, hay impactos negativos sobre recursos esenciales para la vida. El aire, el agua y los ecosistemas se ven afectados por ser el lugar donde se obtienen las materias primas.
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Greenpeace cree que la información tiene el gran poder de transformar hasta los peores hábitos. Por eso reunió en un solo sitio todo lo necesario para comprender la problemática del consumo, las razones para volverse un consumidor responsable y tips para lograrlo. Acata diversos rubros del consumo de la vida cotidiana: energía, movilidad, alimentación, ropa, electrónicos, etc.
Además, pone a disposición reportes para profundizar en los temas de economía verde, energías renovables, movilidad y alimentación responsable. También ofrece un “directorio de consumo responsable”, un listado de negocios locales en más de 20 ciudades de México que ofrecen una variedad de productos ecológicos de primera necesidad como alimentos y artículos de aseo personal, entre otros.
Se eligieron estas áreas porque engloban las principales decisiones de consumo que tomamos las personas en nuestro día a día y que generan grandes impactos en nuestro planeta. Desde cómo nos trasladamos, qué comemos, qué, dónde y cómo compramos, hasta cómo utilizamos los aparatos electrónicos en nuestros hogares.
Recuerda: el sobreconsumo está acabando con nuestro planeta, por eso debemos transitar hacia estilos de vidas sostenibles, en los que evitemos comprar cosas nuevas que realmente no necesitamos, consumamos local, optemos por alimentos agroecológicos de temporada y saludables, reutilicemos lo que ya tenemos en casa, alarguemos la vida útil de las cosas reparando y renovando e informándonos sobre opciones ambientalmente sostenibles y socialmente justas.