Tragedia ambiental. El Gobierno de la República de Mauricio, un archipiélago africano situado en el Océano Índico y visitado cada año por miles de turistas, declaró este viernes el estado de emergencia medioambiental por el vertido de petróleo procedente de un barco que iba cargado con 4.000 toneladas de combustible.
El carguero, de origen japonés, encalló en el sureste de su isla principal, también llamada Mauricio, y amenaza tanto a su biodiversidad como a su principal sector económico, el turismo."Lo sentimos enormemente", ha declarado durante una rueda de prensa en Tokio.
Para Greenpeace, se trata de “una de las peores crisis medioambientales que ha sufrido este pequeño país insular”.
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Debido a la incapacidad para reflotar el navío por las malas condiciones del mar, las autoridades plantearon el domingo la posibilidad de recoger la mayor cantidad de combustible posible con la ayuda de un equipo de expertos japoneses, que ya se han desplazado hasta la zona.
Los residentes locales han fabricado barreras para frenar la expansión del petróleo con los materiales que tienen a su alcance. La preocupación ahora es que el barco se divida en dos y libere otras 3.000 toneladas que aún tiene en su depósito y que sería fatal para la isla.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Mauricio ha pedido ayuda a Francia y Naciones Unidas para hacer frente al desastre. El equipo japonés saldrá el lunes del país en dirección a la isla mientras el Ministerio de Exteriores nipón se ha sumado a las disculpas y reconocido la gravedad del problema.
Francia es uno de los países que ha prometido apoyo. "Si la biodiversidad está en riesgo, hay una necesidad urgente de actuar", ha declarado el presidente, Emmanuel Macron, en Twitter. "Francia está aquí", ha añadido sobre un vertido que, según la organización Greenpeace "tendrá consecuencias devastadoras".