Si salir a recorrer el mundo es una verdadera aventura en sí misma, los viajeros más osados han querido ir un paso más allá y hacer de la travesía, un recorrido también sustentable.
Así como lo ha hecho el avión solar “Solar Impulse”, ahora también dará la vuelta al mundo un barco impulsado con energía solar, eólica y combustible de hidrógeno.
La embarcación se llama “Energy Observer” y se encuentra en Saint Malo, en la costa oeste de Francia.
Con 30 metros de largo y 12,80 metros de ancho, el barco fue diseñado en colaboración con un equipo de arquitectos navales y el instituto de investigación CEA-Liten en la ciudad de Grenoble (Francia).
Era un antiguo buque de carreras que ganó el Trofeo Julio Verne en 1994, y ahora está siendo renovado en clave sustentable: próximamente se le instalarán 130 metros cuadrados de paneles solares, dos turbinas eólicas, dos motores eléctricos reversibles y equipos de electrolisis para producir y almacenar hidrógeno a bordo.
¿Por qué se han escogido varias fuentes de energía? Uno de los fundadores del proyecto, el oficial de la marina francés Victorien Erussard, explica al respecto que de esta manera:“Si no hay sol ni viento o si es de noche, el hidrógeno generado por electrólisis asumirá el control”. Y agrega: “Vamos a ser el primer barco autónomo que genere hidrógeno”.
El barco será el primero en el mundo en producir hidrógeno a partir de la desalinización del agua de mar. Al respecto, Jacques Delafosse, director de documentales y buzo profesional, quien acompañará a Erussard en la aventura, señala que: "El hidrógeno no es un combustible sino una forma de almacenamiento de energía. (...) En lugar de baterías, llenamos los tanques de hidrógeno de alta presión. Con el hidrógeno se puede alimentar nuestra batería de combustible y generar electricidad".
El recorrido del Energy Observer llevará alrededor de 6 años, parando en 50 países y más de 100 puertos. Se calcula que se lanzará a alta mar a principios del 2017.
El viaje será una verdadera aventura y una demostración del funcionamiento y la potencialidad de las energías renovables. A su paso, sus tripulantes no dejarán otras huellas más que su propia vivencia.