La ONG The Australian Rhino Project tiene un plan para crear una “población de reserva” de rinocerontes blancos. Para ellos, trasladaran por vía aérea a 30 ejemplares desde Sudáfrica hasta el Parque de Conservación Monarto ubicado en el sur de Australia, que reúne fondos para la conservación de los rinocerontes.

El objetivo es “mejorar la diversidad genética de la colonia de rinocerontes que existe en Australasia”. De acuerdo con los datos de la organización, los rinocerontes silvestres podrían extinguirse en el 2024 como resultado de la cacería ilegal.

Por su parte, Save the Rhino estima que cada año entre 2013 y 2017 más de mil rinocerontes sudafricanos fueron víctimas de los cazadores furtivos. El cuerno de este animal puede costar hasta 50.000 euros por kilo y es particularmente deseado en Asia, donde algunos creen que puede curar diversas formas de cáncer, disfunción eréctil, y otras enfermedades.

Desafíos

El plan de transportar rinocerontes a Australia existe desde hace varios años, pero hasta el momento no ha podido materializarse, principalmente por los desafíos logísticos y burocráticos que representa mover a decenas de animales de 2 toneladas a través de 10.000 kilómetros.

De acuerdo con un comunicado de prensa de la ONG, originalmente se planeaba transportar a 80 rinocerontes blancos y negros, pero el plan ha cambiado desde entonces. Para poder ser trasladados, estos animales necesitan pasar un periodo de cuarentena inicial en Sudáfrica, otro de unos 12 meses en Nueva Zelanda y otro periodo en Australia, para evitar la propagación de enfermedades como la fiebre del valle del Rift, un mal propio de África subsahariana que afecta principalmente al ganado, pero también a rinocerontes y humanos.

“Conseguir los permisos de todos los Gobiernos y los fondos son las partes más complicadas del proyecto”, indicó Elaine Bensted, una de las directoras, a El País.

Cae la caza de rinocerontes

Críticas

El objetivo del traslado es incrementar la variedad genética de las poblaciones protegidas de rinocerontes en Australia, pero también crear una población de “reserva” que actúe como seguro para otras poblaciones en otros países del mundo.

Este plan no ha sido bien recibido por todos. Evan Quartermain, jefe de programas de Humane Society International, por ejemplo, considera que el rinoceronte blanco es la subespecie de rinoceronte que menos ayuda necesita en este momento.

Si bien son víctimas de cacería ilegal, se cree que hay alrededor de 20.000 ejemplares, y 800 en otras reservas del mundo. Quartemain, indicó que la idea parece más un medio para atraer público y fondos para el safari que una medida de conservación.

En un artículo publicado en la revista Nature en 2016, titulado “No pagues por rinocerontes africanos en Australia”, también se criticó la iniciativa, considerando que el dinero estaría mejor invertido directamente en el terreno sudafricano, y que la toma de activos de allí tiene ecos de la época colonial.

Sarah Dennis, directora del proyecto de transporte de rinocerontes, indicó en un comunicado que el plan “siempre ha sido repatriar a los animales una vez que la situación mejore en África”, y que hasta entonces, Australia ofrece un lugar seguro para los ejemplares.