Algunos países, como Nueva Zelanda e Irlanda, han comprendido la severidad de la crisis climática y han propuesto políticas públicas para reducir a cero sus emisiones netas de carbono en las próximas décadas. Por el contrario, diversas industrias del mundo siguen incrementando año tras año sus emisiones de gases de efecto invernadero. Entre ellas, destaca la del transporte.
Un estudio realizado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos determinó que la industria del transporte aporta el 29% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que la convierten en la más contaminante del mundo.
Los aviones contribuyen a gran parte de las emisiones de la industria debido a la enorme cantidad de combustibles fósiles que emplean. En particular, una técnica llamada tankering está incrementando innecesariamente el consumo de combustible y las emisiones de carbono.
¿Qué es tankering?
Es la práctica de cargar combustible extra en el avión antes del despegue. La razón por la que algunas aerolíneas recurren a esto es el costo variable del combustible de avión, que cambia según el país donde se compre, lo que puede llevar a gastos considerados como muy altos.
Entonces, para evitar tener que comprar más combustible en el destino, algunas aerolíneas llevan combustible de sobra y lo usan para llenar el tanque antes del siguiente despegue. Sin embargo, esta solución tiene una consecuencia inaceptable para el planeta.
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El combustible excesivo le añade más peso al avión, lo que lleva a un mayor consumo de combustible durante el viaje. Más uso de combustible significa más emisiones de efecto invernadero para cada vuelo en el que se practica tankering.
Se estima que la aerolínea británica British Airways emite 18.000 toneladas adicionales de carbono como resultado del tankering. Peor aún, una investigación realizada por la BBC para su programa Panorama determinó que el ahorro asociado al tankering es tan pequeño que a veces el resultado es imperceptible.
Los ahorros pueden ser tan bajos como 10 libras esterlinas, aunque en otras ocasiones puede alcanzar los cientos. Sea como sea, su impacto ambiental es inadmisible.
Para los críticos de esta técnica, que es muy común más allá de las aerolíneas británicas y europeas, el tankering es una práctica que contradice las afirmaciones de altos directivos de la industria, quienes consideran que las empresas de aviación están comprometidas a reducir su impacto ambiental.
John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace Reino Unido, le dijo a BBC que el tankering es un ejemplo clásico de cómo las compañías ponen las ganancias por encima del planeta. También considera que muchas aerolíneas han tratado el cambio climático más como “un problema de relaciones públicas” que como una crisis ambiental que nos afecta a todos, aun cuando ellos son algunos de los principales contribuyentes.
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Solamente en Europa, las emisiones contaminantes que genera el tankering equivalen a las de una ciudad con una población de 100.000 habitantes. Un informe publicado en junio de 2019 por la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol) estimó que las aerolíneas europeas ahorraron unos 293 millones de dólares al año gracias al tankering.
El costo ambiental, según Eurocontrol, fue de 901.000 toneladas métricas de dióxido de carbono.
Fuentes: