Cuando era tan solo una urraca bebé, Penguin fue rescatada por una amorosa familia que se encargó de curarla y de darle el cuidado que necesitaba. Huérfana y lastimada, se recuperó gracias a la ayuda de toda la familia Bloom, que se ocupó de darle la atención necesaria.
Penguin ("pingüino" en español) tenía tan solo un par de semanas de edad cuando Noah Bloom la encontró lastimada en el suelo, cerca de la playa en la ciudad de Newport, Australia. El niño y toda su familia la cuidó con ayuda veterinaria hasta que pudiera volar nuevamente. Lo que no esperaban era que, una vez sana, Penguin volviera y que lo siguiera haciendo hasta el día de hoy, convirtiéndose en un miembro casi permanente de la familia.
Libre para volar, pero fiel a la familia que la salvó, de alguna manera fue Penguin quien adoptó a los Bloom y no al revés. Esta peculiar urraca va y viene pero siempre se las arregla para volver a jugar con Noah y sus hermanos Rueben y Oli, que lo esperan de brazos abiertos.
A menudo pasa un rato alrededor de la familia en la mañana y cuando los niños van a la escuela ella se va hacer lo que sea que los pájaros hacen. Según cuenta la madre de los niños, Sam, Penguin retorna a la misma hora que vuelven los niños del colegio para seguir jugando.
El tiempo entre visitas varía, pero siempre que Penguin vuelve a casa el padre de los niños y fotógrafo Cameron Bloom retrata esos momentos de ternura, compañerismo y amor. Las imágenes denotan cierta inocencia y pureza de esta peculiar unión. En cierta parte lo que enternece de las fotografías es la calidez que transmite esta pequeña urraca. Se asemeja a lo que solemos ver de un perro, un gato o cualquier animal domesticado, solamente que no estamos acostumbrados a ver lo mismo de un animal alado.
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Además, puedes disfrutar de ver cómo Penguin se da un baño en este video:
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