El reciclaje permite obtener materias primas a partir de desechos, introduciéndolos en un nuevo ciclo de vida útil. El cartón es una de ellas. Se trata de un material totalmente reciclable, siempre y cuando esté limpio y seco.
El cartón es una de las principales materias primas para la fabricación de cajas, envases y embalajes, interviniendo en la mayoría de las cadenas de producción y distribución a nivel mundial. Los productos que llegan a nuestras manos en una sola pieza, en verdad están formados por varias capas de papel superpuestas, a base de fibra virgen o de papel reciclado.
En nuestra rutina del día a día, desechamos mucho cartón. Tenemos dos opciones para evitar desperdiciarlo: la primera es realizar la separación de origen en los tachos correspondientes, y la segunda consiste en reutilizarlo para darle una segunda oportunidad.
Cómo preparar el cartón para el reciclaje
Los recicladores urbanos son quienes juntan cartón de los contenedores o de distintos comercios y organizaciones, y trabajan vendiéndolo para su posterior reciclaje. Para facilitarles la tarea, lo mejor que se puede hacer es optar por la separación en origen. Se pueden separar revistas, papel blanco, cajas de cartón, periódicos, hueveras, y más. Se recomienda aplastar bien el material y atar todo con hilo para facilitar el traslado.
El mejor lugar para guardarlos en nuestro hogar son los sitios libres de humedad, al resguardo de la lluvia, ya que una vez mojados o sucios, no podrán reciclarse. Si en lugar de tener el material a reciclar en casa, lo arrojamos al contenedor de papeles y cartón, hay que doblarlo prolijamente,
Otro punto a tener en cuenta es que el cartón y el papel tardan 1 año a 2 en degradarse completamente. Si el papel queda tirado sobre tierra en la intemperie y se encuentra en un lugar donde llueve, se degradará en ese tiempo. En lugares secos suele tardar mucho más, incluso milenios.
Ideas para reutilizar
Si prefieres reutilizar el cartón, debes saber que hay miles de opciones para hacerlo. Las cajas son tan versátiles que pueden convertirse en distintos objetos. Lo más simple es usarlas para guardar cosas en casa, o como organizador de escritorio, pero también puedes emplearlas de otras maneras.
Repensar nuestras acciones es empezar a reciclar. Ten en cuenta que todo debe estar limpio y seco, y compacta el material lo mejor posible para generar más espacio en el contenedor y facilitar el traslado.