El temido picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es actualmente uno de los coleópteros más nocivos para las palmeras de todo el mundo, provocando la muerte de esta especie si no es tratado correctamente y a tiempo.
Es de la familia de los gorgojos y originario de las regiones tropicales del Sureste Asiático. Comenzó su expansión hace veinticinco años a causa de la importación de palmeras para uso ornamental desde las naciones del sur de Asia, Península Arábiga e Irán. Al colonizar ambientes que no son parte de su distribución nativa, comienzan los problemas.
Se ha extendido por numerosos países de Europa, América, y África, siendo el escarabajo comestible más consumido de la zona subsahariana. Ha avanzado con fuerza por las áreas más cercanas a la costa Mediterránea, como por ejemplo, España donde apareció por primera vez en 1994.
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Tiene un color rojizo y un tamaño de entre dos y cinco centímetros. A pesar de eso, es capaz de acabar con todo tipo de palmeras, incluidas las centenarias de gran porte e importancia, en relativamente poco tiempo. La vida media del gorgojo rojo, oscila entre 45 y 90 días en su estado adulto, siempre según las condiciones de su entorno.
El picudo hembra, vuela hasta cinco kilómetros para encontrar un palmeral donde desovar y son capaces de poner alrededor de 400 huevos en dos o tres días. Una vez eclosionan, nacen sus larvas que son las que se alimentan del tejido blando de la planta. Este pequeño devorador de palmeras entra en ellas aprovechando las heridas producidas por la poda o por cualquier otro factor externo. Al finalizar la etapa larvaria, comienza la elaboración del capullo con las fibras de la propia palmera. Estos se transforman en pupas y posteriormente en escarabajos adultos.
Se trata de un insecto con gran capacidad reproductiva que precisa sólo de tres meses para desarrollar todas las fases de su ciclo biológico. Pueden tener de tres a cuatro generaciones en un solo año. Además se pueden encontrar los cuatro estadios diferentes conviviendo al mismo tiempo: huevo, larva, pupa y adulto.
Su ciclo vital se desarrolla prácticamente por completo en el interior de las palmeras. Por este motivo, es bastante difícil detectar su presencia con una simple inspección visual.
La localización temprana del picudo rojo es importante para controlar su propagación. Algunos signos incluyen la presencia de agujeros en las hojas, acumulación de savia y residuos de tejido en la base de las hojas, y la presencia de adultos o larvas en la corona de la palmera. Si los daños del picudo alcanzan la yema apical de la planta, da lugar a la muerte de la palmera, debido a que es el único punto de crecimiento de la misma.
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El manejo del picudo rojo puede implicar diferentes enfoques, como la eliminación de palmeras gravemente afectadas, la aplicación de tratamientos químicos o biológicos. También está la implementación de medidas preventivas, como inspecciones regulares y la eliminación adecuada de restos vegetales infectados. La cadencia del tratamiento se determinará en función del nivel de infección de la zona, el valor del ejemplar y la disponibilidad económica para realizar los tratamientos.