En el continente africano, existen 3 especies de cebras dentro del género Equus. La cebra de las llanuras, la cebra de montaña y la cebra de Grevy. La primera es de las más conocidas y cuenta con 6 subespecies, de las cuales una, ha sido extinta por la caza debido a su pelaje y carne.
El característico pelaje de las cebras, las hace un animal muy interesante. Luego de muchos estudios se confirmó que son animales de color negro con rayas blancas, pero esto ha ido cambiando en algunos ejemplares.
Últimamente, se han descubierto algunas variaciones en el pelaje de las mismas. Individuos con grandes manchas negras, otros con pelaje dorado y rayas de colores claros e incluso algunas cebras de color marrón con manchas y lunares blancos, fueron avistadas a lo largo de todo el continente africano.
El aumento en estos avistamientos llamó la atención de Brenda Larison, bióloga en la Universidad de California, quien afirmó que estos cambios en el pelaje se deben a mutaciones genéticas que afectan la producción de melanina, sin embargo, no es algo común en los mamíferos.
A raíz de nuevos encuentros con cebras de las llanuras cerca del lago Mburo en Uganda, con manchas muy extrañas, Larison y su equipo, realizaron un estudio genético en aproximadamente 140 individuos, entre las cuales, 7 contaban con un patrón en el pelaje fuera de lo normal.
"Al ver tantas cebras con patrones extraños me pregunté: ¿tendrá que ver esto con que la población es endogámica?"
A través de estas investigaciones, llegaron a la conclusión de que la fragmentación de hábitat impidió la migración de las cebras a diferentes manadas, llevando así a la ausencia de nueva carga genética producto de los cruzamientos entre las manadas. Esto tristemente condujo a la endogamia y posiblemente conduzca, a la infertilidad, enfermedades y otros defectos genéticos.
Como era de esperarse, los grupos de cebras más aislados y con menor cantidad de individuos, presentaron menor diversidad genética. Pero, además, en estas manadas, era más probable que las cebras nacieran con rayas atípicas. Por estas razones, las mutaciones genéticas que condujeron a las variaciones en el pelaje son consecuencia directa de la baja diversidad en los genes.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias?
No sólo es probable que estas variaciones las hagan más visibles para los depredadores, sino que, Larison explica que estos problemas genéticos suelen aparecer antes de que surjan problemas más serios. Incluso ya se está observando que, dentro de un mismo grupo, las cebras son cada vez más parecidas genéticamente. Pero si se mira entre los diferentes grupos, las diferencias son aún más marcadas, por lo que podría conducir a una nueva subespecie.
Para la conservación de especies, es de vital importancia que los individuos puedan migrar y reproducirse con otras poblaciones, pero si estas fragmentaciones de hábitat generan una nueva subespecie muy diferente a la actual, la reproducción entre estas podría traer otros problemas debido a la exogamia.
Philip Muruthi, vicepresidente de conservación de especies de la African Wildlife Foundation en Nairobi, Kenia, celebra el estudio llevado a cabo por Larison y explica que al “destacar que las especies comunes ya estarían atravesando dificultades de conservación, se está poniendo el problema de manifiesto. No hay que perder tiempo”.