Nanay, un robusto macho proveniente de un zoológico en Suecia, y su compañera, Ariranha, una hembra de elegante linaje francés, dieron vida a los cuatro cachorros de nutria gigante en el Parque Iberá de Corrientes. Se trata de su primera camada de crías.
Los cachorros, con su curiosidad incansable y su deseo de explorar el mundo que les rodea, están creciendo bajo el cuidado atento de sus padres, en un amplio corral de presuelta situado en el epicentro del Parque Iberá. Este es solo el comienzo de un viaje que los llevará desde la protección de su hogar provisional hacia la vastedad de la naturaleza salvaje.
Se trata de la primera camada de crías de esta pareja y la segunda vez que nacen cachorros de esta especie desde que se puso en marcha el Proyecto de Reintroducción en esa enorme área natural protegida correntina.
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Es crucial que estos pequeños alcancen la adultez y se sumen al creciente clan familiar para dar paso a la próxima fase: la vida en libertad. Este es un hito significativo en el esfuerzo por revitalizar la población de nutrias gigantes en Argentina, ya que se encuentran prácticamente extintas en nuestro país, con registros esporádicos de pocos individuos en este último tiempo. Pero desde hace cinco años, desde el norte argentino trabajan arduamente para revertir esta situación, y noticias como estas son muy gratificantes y favorables.
Todos los cachorritos de esta especie, que en la Argentina se encuentra prácticamente extinta, están creciendo bajo el celoso cuidado de sus padres en un enorme corral de pre-suelta.
Con el nacimiento de estos nuevos cachorros de nutria gigante, la familia ahora cuenta con un total de trece miembros, gracias al incansable trabajo conjunto de diversas instituciones en Europa, Brasil y pronto otros rincones del mundo. Además, el apoyo invaluable de los gobiernos locales de Corrientes y Chaco fue fundamental para mantener vivo el legado de Tompkins Conservation.
Vale la pena destacar que la nutria gigante es la más grande de su especie en el mundo, con una imponente longitud que puede alcanzar hasta los 1,8 metros. Antaño, este majestuoso depredador dominaba los ecosistemas acuáticos de Corrientes, alimentándose con maestría de peces y yacarés. Sin embargo, su presencia se desvaneció con el paso de los años, y ahora es un espectáculo que solo vive en la memoria y en los esfuerzos de conservación.
Este renacimiento de la nutria gigante en el Iberá no solo es una luz de esperanza para esta emblemática especie, sino también un recordatorio de la importancia de preservar y proteger los ecosistemas que son el hogar de nuestras especies más preciadas.