Cuando se trata de moda, las personas están acostumbradas a conocer el producto final. Pero, ¿qué hay detrás de esas prendas? La industria textil es una de las más contaminantes del planeta: contribuye a las emisiones globales de carbono, la contaminación en general y del agua en particular, la extinción masiva y muchos otros factores que nos alejan cada vez más de la idea de un planeta sano.
Por todo esto, Fashion Revolution declaró este año una emergencia internacional, con la que pretende hacernos entender que nuestra moda no debe costarnos la Tierra. La organización busca ayudar a las personas a consumir de manera responsable, a usar productos de comercio justo y a evitar el fast fashion, que alienta el consumismo y la producción desmesurada.
“Cada vez que compramos, usamos y desechamos ropa, creamos una huella ambiental y un impacto en las personas que las fabrican, la mayoría de las cuales son mujeres. Es por eso que un cambio positivo es más urgente que nunca si queremos enfrentar el cambio climático y crear un futuro más equitativo para todos", alertó la co-fundadora y Directora de Operaciones Global de Fashion Revolution, Carry Somers.
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Fashion Revolution proporciona algunas cifras interesantes para comprender la magnitud del problema:
- La producción global de textiles genera 1.2 miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año. Esto supera a las emisiones de los vuelos internacionales y el transporte marítimo en conjunto.
- Solamente la industria textil de la Unión Europea genera un estimativo de 9.35 millones de toneladas al año.
- Se espera que el consumo de prendas de vestir aumente de 62 millones de toneladas en 2015 a 148 millones de toneladas en 2030.
Por todo esto, la organización trabaja para generar consciencia sobre el impacto de cada persona, y aboga por que se valore la calidad sobre la cantidad.
En esta línea, nació Vestí Consciente, una tienda indumentaria realizada por diseñadores argentinos emergentes que trabajan de manera local, cuidan el ambiente en todo su proceso productivo y trabajan con talleres libres de explotación. Promueve la inclusión social, el consumo responsable y adhiere a los principios del comercio justo.
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"Nos dimos cuenta de que estábamos vistiendo prendas de las que no sabíamos nada, ni quién las hizo, ni bajo qué condiciones de trabajo ni tampoco si en su proceso productivo se cuidaba el ambiente. Tampoco si los tintes con los que habían sido teñidas nos hacían bien a la salud o si habían contaminado", cuentan Paula y María Eugenia Santar, creadoras de Vestí Consciente.
En la tienda se pueden encontrar prendas y accesorios de diseñadores que utilizan descartes para realizarlas, evitando que estos se transformen en desechos contaminantes. Hay prendas realizadas con fibras naturales y estampadas también con tintes naturales. Todos los diseñadores son argentinos y su producción la realizan localmente.
"El gran desafío de este emprendimiento tiene que ver con generar consciencia, y aún hay un gran porcentaje de nuestra sociedad que no se pregunta ni sabe qué hay detrás de su ropa", señalan las creadoras de la tienda.
La marca de diseño de autor Cristina Oviedo es uno de los tantos ejemplos que muestran que otra moda es posible. Las materias primas que emplea provienen de textiles naturales, como el lino y el algodón. También recupera prendas y descartes en desuso para darles una nueva vida.
Otro ejemplo es MAICA, que desarrolla accesorios con plásticos recuperados que no se biodegradan y contaminan, como las bolsas y los paquetes de snacks. Además, su producción es circular, ya que una vez que el producto finaliza su vida útil, se lo puede devolver a la marca para que lo desarme y vuelva a la cadena de producción.
Vestí Consciente, así como las marcas con las que trabajan, están optando por un nuevo modelo que no se rige por la necesidad de crear más, en menos tiempo. Pero no son las únicas. Hay casos como estos en todo el mundo, ya que cada vez más personas comprenden que las cosas que llegan a nosotros tienen un impacto ambiental negativo y que debemos ser más conscientes y responsables a la hora de consumir.
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