Los plásticos de un solo uso son una gran problemática actual: afecta en gran medida a los océanos y la vida marina. La contaminación producida por este material genera graves consecuencias en el ambiente. Es por eso que, en los últimos años, cada vez más naciones han ido adoptando medidas para contrarrestar este efecto.
Las soluciones planteadas buscan erradicar esta problemática de manera definitiva. Así, en el año 2019, la Unión Europea ha aprobado una normativa que entrará en vigencia el 3 de julio de 2021. La misma, aprobada en Bruselas en 2019, prohíbe definitivamente los plásticos de un solo uso en todos los países miembros.
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¿de qué se trata este acuerdo?
Esta reglamentación prohibe aquellos residuos que son difíciles de reciclar y que resultan un problema grave para los océanos. Para lograrlo, la UE estableció una fecha límite para que los países miembros adapten sus legislaciones para garantizar su cumplimiento. La misma se cumplirá en julio próximo.
Según el Diario Oficial de la Unión Europea, en dicha región "entre el 80 % y el 85 % de la basura marina, medida por recuentos en las playas, es residuo plástico, de los cuales los artículos de plástico de un solo uso representan el 50%".
Entre los productos que se encontrarán prohibidos, se encuentran bastoncillos de algodón, cubiertos, platos, agitadores de bebidas, sorbetes y recipientes de poliestireno expandido. En su comunicado, la UE propone "desempeñar el papel que le corresponde en la prevención y la lucha contra la basura marina".
De esta manera, propone a sus países miembros aspirar a convertirse en una referencia mundial en el establecimiento de normas al respecto. Además, menciona la importancia de un marco jurídico específico que permita reducir su impacto en el medio ambiente y la salud.
¿cómo reemplazar el plástico de un solo uso?
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Actualmente, el mercado ofrece alternativas más sustentables a la hora de reemplazar este material en los productos que solemos usar. Existen desde bastoncillos y cubiertos hechos de bambú hasta sorbetes de metal. Además, ya son muchas las marcas que usan materiales vegetales como reemplazo al plástico.
Como consumidores, la clave es buscar productos que podamos reutilizar o, en su defecto, que puedan reciclarse. Evitar el plástico en nuestras compras y hábitos cotidianos es fundamental para el cuidado de nuestro planeta. El mejor residuo es aquel que no se genera.
Según la UE, "una gestión adecuada de los residuos sigue siendo esencial para la prevención de todo vertido de basura, en particular de la basura marina".