Estamos en un momento clave en la lucha contra la crisis climática. A lo largo de 2019, hubo algunos desastres naturales que nos recordaron la importancia de tomar medidas urgentes. Pero también se publicaron informes que resultan clave para entender a dónde estamos y hacia dónde se deben dirigir los esfuerzos. En todo esto, el movimiento de los jóvenes ha demostrado ser un motor de cambio.
A continuación, te presentamos algunos de estos hitos. Vale la pena reflexionar sobre ellos para pensar en las acciones que necesitaremos reforzar en 2020.
La Amazonía en llamas
En agosto, el mundo entero vio arder enormes extensiones de la selva amazónica. Por medio de las redes sociales, se compartieron imágenes de bosques carbonizados y comunidades indígenas que repentinamente quedaron sin hogar.
A fines de agosto, los funcionarios brasileños habían registrado unos 41.000 incendios en toda la región forestal. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) estima que en ese mes se quemaron 2,5 millones de hectáreas de la Amazonía.
Los expertos indicaron que el origen del fuego no era natural, y señalaron a la deforestación para obtener tierras de cultivo -sobre todo de soya-, para expandir la infraestructura vial y de la frontera agrícola, el aumento de cultivos ilegales y el tráfico de madera.
Un millón de especies en peligro de extinción
En mayo, la Plataforma Intergubernamental Científico-Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés) de la ONU publicó un informe que advirtió que un millón de especies de plantas y animales están al borde de la extinción, más que en cualquier otro momento en la historia humana.
El reporte, que fue preparado por más de 450 científicos, encontró que el 40% de las especies de anfibios, un tercio de las especies marinas y un tercio de los corales están en riesgo de extinción. Además, al menos el 10% de las especies de insectos están en peligro de desaparecer.
En total, la biomasa de los animales salvajes ha disminuido en un 82% desde la prehistoria. Los autores del informe advirtieron que esto también representa una amenaza para la humanidad y está erosionando “los cimientos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo".
La tierra y los océanos están amenazados
Dos informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) revelaron la medida en que la humanidad está devastando la superficie terrestre y sus océanos.
El primero de estos documentos advirtió que debemos dejar de abusar de la tierra si se quiere evitar un cambio climático catastrófico. Describió cómo nuestras acciones fueron degradando los suelos, expandiendo los desiertos, devastando los bosques y llevando a otras especies al borde de la extinción.
El segundo informe, que trata sobre los océanos del mundo y las regiones congeladas, detalla cómo las aguas están subiendo, el hielo se está derritiendo y las especies se ven obligadas a trasladarse.
Los autores creen que los cambios que hemos puesto en marcha se vuelven contra nosotros. El aumento del nivel del mar tendrá en las próximas décadas profundas consecuencias para las zonas costeras bajas donde viven casi 700 millones de personas.
El deshielo en Groenlandia
Uno de los ejemplos más impactantes de la degradación ambiental de este año fue el derretimiento récord del hielo en Groenlandia. En junio, las temperaturas se dispararon muy por encima de los niveles normales en el territorio danés, causando que aproximadamente la mitad de la superficie de su capa de hielo se derritiera.
Groenlandia perdió suficiente hielo como para elevar el nivel medio mundial del mar en más de un milímetro. Almacena tanta agua congelada que, si se derritiera por completo, elevaría el nivel del mar en todo el mundo hasta en 7 metros.
Aunque eso tomaría cientos o miles de años, los científicos estiman que Groenlandia está perdiendo su hielo siete veces más rápido que en la década de 1990.
Greta Thunberg y las huelgas climáticas
El viernes 20 de septiembre, millones de personas llenaron las calles locales para exigir que los líderes mundiales tomen medidas inmediatas para abordar la crisis climática.
La participación superó con creces las expectativas de los organizadores, ya que solo en Alemania, casi un millón y medio de personas marcharon para pedir una acción climática, mientras que otras 300.000 personas llenaron las avenidas de Australia y un cuarto de millón atascaron la región Bajo de Manhattan.
El catalizador de estas protestas masivas, que se sostuvieron en los meses posteriores, fue el activismo de Greta Thunberg. El término “huelga climática” fue considerado como la palabra del año por parte de un importante diccionario en inglés.
Muchos consideran que 2019 fue el año en el que el mundo despertó a las realidades del cambio climático.