Es una estrategia de marketing utilizada por las empresas para hacer que sus productos o servicios parezcan más ecológicos o sustentables de lo que realmente son.
El término “lavado verde” se empezó a utilizar en la década de 1980 y se asocia con empresas que utilizan afirmaciones o “claims” ambientales vagas o ambiguas, como “ecológico” o “natural” sin proporcionar información específica sobre su impacto o prácticas ambientales.
El lavado verde puede ser intencional o no intencional, y puede ocurrir de varias formas, como publicidad, packaging, etiquetado de productos y los informes de responsabilidad corporativa.
Las empresas pueden participar en este tipo de práctica para atraer a los consumidores conscientes, para ganar una ventaja competitiva, o para evitar el criticismo o acción legal.
La práctica de greenwashing está criticada ampliamente porque puede engañar a los consumidores y afecta a los esfuerzos de promoción de sustentabilidad ambiental genuina.
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¿Cómo combatir el greenwashing?
1. Como primer paso, podes Investigar a la empresa: antes de realizar una compra, investigar las prácticas ambientales y los records que tiene la empresa. Buscar si está avalada o certificado por un tercero, como con FSC (para papel y cartón) y las clasificaciones de eficiencia energética que tienen algunos productos electrónicos y electricos.
2. Otra forma es mirar los detalles: estar atentos a la información o publicidad vagas o ambiguas, como ecofriendly, o 100% natural. Buscar los detalles específicos de un producto sobre el impacto ambientales, como la huella de carbono, la huella hídrica o la reducción de residuos.
3. Mirar el packaging: ser escéptico sobre los claims ambientales sobre el packaging de un producto. Observar las certificaciones, como el símbolo de reciclaje o el logo de compostable, que pueden indicar la procedencia o la reciclabilidad de un producto
4. Comparar productos: Se puede observar varios productos similares de diferentes empresas para determinar cuál es el mejor en cuanto a sustentabilidad. Mirar además del packaging y de los ingredientes, el proceso de manufactura y la disposición final.
5. Muy importante también es defender el cambio: Como consumidores podemos demandar mayor transparencia y trazabilidad de las prácticas ambientales. También podemos contactar a las empresas y pedir más información. Y a nuestros políticos y gobernantes, demandar mayor legislación y regulaciones.
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