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Hablar de costo ambiental en el presente es imperativo. A lo largo de la historia, la economía nunca se centró en estudiar cuáles eran los impactos que el entorno estaba sufriendo a raíz de las actividades que hacen uso y abuso de los recursos que brinda el planeta. Sin embargo, diversas investigaciones aseguran que hoy mirar para otro lado, no es una opción. El ambiente está hablando por sí mismo y nos dice que está sufriendo.
QUÉ ES EL COSTO AMBIENTAL
Se denomina costo ambiental al valor económico que se le asigna a los efectos negativos de una actividad productiva para la sociedad.
Lo cierto es que al presente, la economía ignoró los costos ambientales y sociales de sus proyectos pero, esto está cambiando debido a que el medioambiente está año a año dando señales de alerta roja: la actividad financiera como se conoce, no puede continuar.
Una integración económica genuina debería por naturaleza contar con regulaciones que propicien un desarrollo sostenible por más que el costo sea alto. Esto directamente se traduce en crear una gestión ambiental consciente de los recursos y responsabilizarse por las consecuencias negativas que puedan llegar a surgir en el proceso.
En este sentido, hablar y estudiar sobre el costo ambiental es necesario para repensar la explotación de recursos que lamentablemente al presente es excesiva. Y, además, produce que las reservas naturales se vuelvan cada vez más escasas.
el valor ambiental en el mercado
Tal y como explica Darío Ernesto Iturria Cammarano en su estudio de Costo Ambiental existe un motivo por el cual el medioambiente no es valorado en el sistema económico: "la razón por la cual los bienes ambientales no son valorados adecuadamente se debe, sobre todo, a que no existe un mercado definido para la transacción de los mismos ya que nadie estaría dispuesto a pagar por algo que podría obtener gratuitamente, ya que los recursos ambientales no son de propiedad privada."
Y continúa con su análisis afirmando que: "estos recursos naturales son denominados recursos de propiedad común por el hecho de que se tiene libre acceso a ellos. Es este libre acceso, precisamente, es la causa del abuso en su uso, ya que cuando se utilizan como factores de producción, poseen un coste nulo o muy por debajo de su “costo social” si se tomaran en cuenta los efectos negativos (ejemplo, agotamiento, contaminación ambiental, desastres ecológicos, etc.)."
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Las consecuencias
No es novedad que la producción industrial y el consumo han aumentado exponencialmente en las últimas décadas. Sin embargo, según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas este no es el único efecto que debería preocuparnos: "La creación y la utilización de productos tóxicos se han introducido en el medio ambiente mediante casi 100.000 nuevos productos químicos, la mayoría de ellos no han sido estudiados, ni individualmente ni en combinación, para determinar sus efectos sobre la salud".
Como puede observarse, tomar conciencia sobre el costo ambiental es imperativo no sólo para cuidar el único planeta que tenemos sino también para preservar la salud humana tal y como se la conoce. Pero, para que ello ocurra, la economía y sus actividades deben realizar modificaciones serias en su proceder.
costo beneficio ambiental: la clave
Si bien el contexto actual no es favorable existen formas de prevenir los impactos negativos y el costo ambiental. Uno de los instrumentos útiles que utiliza la economía ambiental para llevar a cabo estas estimaciones es el costo de oportunidad ambiental, el cual ayuda a evaluar los beneficios económicos que se pierden (costos) tras elegir llevar a cabo una actividad en comparación con otras actividades posibles.
En este sentido, la evaluación y el estudio previo al accionar humano y económico frente a la explotación de un recurso se muestra como la vía principal que puede reducir los altos costos ambientales existentes.
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Por supuesto que esto no puede quedar solamente en una investigación sino que los países deben impulsar regulaciones y programas que se focalicen en proteger al planta por más que esto tenga un costo alto para las empresas.
Además, como explicaba Darío Ernesto Iturria Cammarano en su estudio de Costo Ambiental, la valoración monetaria de los bienes ambientales también puede ser una solución ya que esto permitiría su incorporación en la función de producción de las empresas, lo que llevaría a una necesaria e ineludible consideración de los costos ambientales a la hora de obtener un producto o servicio, contribuyendo de esta forma con los objetivos del desarrollo sostenible.
En resumen, la responsabilidad ambiental asume un rol fundamental para tomar conciencia sobre el costo ambiental. Si el hombre no se educa y aprende sobre el entorno y sus limitaciones, el accionar social e individual difícilmente sea el correcto. Además, el orden público debe tomar cartas en el asunto no sólo para investigar el costo presente y futuro sino también para regular de forma estricta la actividad económica que implica la explotación del entorno.
