Sean prendas de ropa, objetos de decoración o libros, muchas veces terminamos comprando cosas que no necesitamos. ¿Por qué? Principalmente, porque la sociedad en la que vivimos suele llevarnos a creer que necesitamos muchos objetos que, en realidad, no son esenciales. La publicidad también hace su parte en esto.
Esa necesidad de comprar “porque sí” nos lleva a consumir de más, gastar dinero en cosas que no valen la pena y contribuir al daño del ambiente. Por eso, te proponemos que pongas en práctica estos consejos para reflexionar sobre tu consumo.
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Un viernes negro para el planeta
Este 29 de noviembre se llevará a cabo el Black Friday, ¿lo conoces? En este día, se inaugura la temporada de compras navideñas con significativas rebajas en muchísimas tiendas alrededor del mundo, especialmente, en el rubro de la moda.
En 2018, durante el Black Friday se gastaron casi 5 billones de dólares solo en ventas online. En lo que respecta al consumo de ropa, según datos de las Naciones Unidas (ONU), la industria de la moda produce el 10% de las emisiones de carbono a nivel mundial (¡más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo, juntos!) y el 20% de residuos líquidos.
Tomar conciencia
Sin embargo, poco a poco el mundo comienza a tomar conciencia del consumismo. Frente a las consecuencias ambientales derivadas de la forma de producción y el empaquetamiento de productos, el transporte y los residuos que se generan, muchas personas eligen comprar menos o reutilizar productos usados o vintage. Otra alternativa es buscar productos que sean más amigables con el planeta por los materiales y procesos empleados en su elaboración.
Promoviendo la tendencia del consumo responsable, te presentamos algunos consejos para pensar mejor antes de comprar:
1. ¿Realmente me gusta lo que voy a comprar?
Si no amas la prenda o el producto en la tienda, o si no estás convencido de antemano, lo más probable es que te arrepientas al adquirirlo. Entonces, evita comprar siempre que pienses: “Me gusta, pero no me convence del todo”.
2. ¿Lo usaré con frecuencia?
Sea una prenda de ropa, o un artefacto de cocina, procura comprar productos que vayas a usar bastante. Si no crees que será así, entonces casi seguro que no valdrá la pena, ni para tu bolsillo ni para el ambiente.
Muchas veces, si no le darás mucho uso al producto que quieres comprar, seguro puedas pedir uno prestado. Sea un libro o algún artefacto o prenda de ropa que necesites para algo puntual, tómate el tiempo para considerar si realmente necesitas uno propio o si puedes pedirle a algún amigo o familiar que te lo facilite.
Otra opción es buscarlo en algún negocio vintage o de usados, así no contribuirás a la producción de un producto nuevo cuando ya existe otro que puedes reutilizar.
3. ¿Lo necesito?
Esta es la pregunta que siempre debes hacerte: piensa bien, analiza y reflexiona. No compres por comprar. Busca algo que te aporte o tenga una funcionalidad específica.
4. ¿Puedo reciclarlo?
Hay cientos de ideas para cambiar por completo una prenda y darle una nueva vida, por mencionar un ejemplo. Mucho mejor que comprar ropa nueva, es reutilizar y revalorizar lo que tienes. Si en lugar de tener un día de compras, te tomas un día para buscar prendas vintage en tu propio armario, te sorprenderás de lo que puedes encontrar. Intenta llevar a esta idea a otros rubros.
5. ¿Puedo hacerlo yo mismo?
Una buena forma de reemplazar los cosméticos comerciales, por ejemplo, es hacerlos tú mismo con ingredientes naturales. Hay muchísimas formas y recetas de cómo hacerlos. De esta manera, no solo te alejarás de los productos químicos, sino que también evitarás generar residuos y contaminar el ambiente. Nuevamente, intenta llevar esta idea a otro tipo de productos.