El agujero de la capa de ozono antártico es sin duda un fenómeno identificado por muchos, su aproximación y gestión se considera como un ejemplo de cooperación internacional por parte de muchos profesionales.
Desde el año 1974, el mexicano Mario Molina y el estadounidense Sherdwood Roland adjuntaron pruebas comprobar del daño que ciertos tipos de gases le podrían generar a la capa de ozono. La comunidad científica en aquel momento adjudicó esta hipótesis como dudosa, improbable o nula.
¿Cómo se genera?
Principalmente, por la presencia de gases clasificados como clorofluorocarburos (CFC), estos gases son muy poco reactivos, por lo tanto, llegan a niveles estratosféricos (tardan años en llegar), donde ahí debido ciertos fenómenos y reacciones químicas son alterados y capaces de eliminar o destruir el ozono presente en esa zona.
[También te pude interesar: Gran avance en la recuperación de la capa de ozono a 35 años del Protocolo de Montreal.]
Estos gases provienen de industrias relacionadas a:
- Aires acondicionados
- Refrigeración comercial
- Disolventes
- Espumas aislantes
- Aerosoles
¿Por qué en ese lugar?
El agujero de ozono se forma todos los años, en la estratosfera. Se da precisamente en la Antártida debido a la generación de una corriente de aire denominada torbellino polar, donde el aire atrapado se torna muy frio durante la noche polar ( -78 °C) generando nubes polares estratosféricas repletas de cristales de hielos.
Estas nubes actúan como catalizador al proporcionar superficies en las que compuestos clorados como los CFC sean transformados en Cloro reactivo.
Al comienzo de la primavera la luz solar separa el Cloro molecular en átomos reactivos que a su vez destruyen el ozono presente.
Las moléculas de CFC o Cloro tardan años en llegar a la estratosfera sin sufrir cambios, y cada átomo de Cl presente puede destruir mas de 100.000 moléculas de Ozono antes de ser eliminado por otra reacción.
No es un fenómeno estático, sino cíclico. Las reducciones de ozono se suelen dar desde agosto hasta diciembre, donde las concentraciones vuelven a ser normales.
Su tamaño no solo depende de la presencia de moléculas cloradas en la atmósfera, sino también de variables meteorológicas que pueden ser diferentes cada año.
Efectos
Principalmente, la capa de ozono estratosférica es la encargada de absorber una gran cantidad de luz ultravioleta (UV), especialmente la UVB, radiación altamente dañina para el ser humano, relacionada al cáncer de piel o melanoma.
También esta radiación afecta a plantas, ecosistemas marinos, procesos biogeoquímicos y daños económicos materiales
Protocolo de Montreal 1987
Debido a la gran cantidad de pruebas adjuntadas se terminó por confirmar la presencia del agujero de ozono vía mediciones en el año 1985. Esta gran problemática llevó a la generación del Protocolo de Montreal, firmado por mas de 196 países pertenecientes a las Naciones Unidas-
En él se proyectaba reducir estos gases por parte de países desarrollados para el año 1996 y eliminar de forma más inmediata los más dañinos.
Puesto en vigencia en 1989 la comunidad internacional ha avanzado un gran tramo en la gestión de estos gases, pero todavía queda por hacer.
Año tras año, investigadores pertenecientes a la NASA, NOAA y ESA monitorean el crecimiento y decrecimiento del ozono antártico mediante instrumentos a bordo de satélites. Y podemos identificar una tendencia hacia el descenso de su área de manera gradual desde hace dos décadas. Su recuperación depende solamente de la recuperación del ozono mediante procesos naturales. Las estimaciones más optimistas apuntan a un cierre total del agujero para los años 2060 o 2070.
[También te pude interesar: “Más que crisis humanitaria, lo que vi fue un genocidio contra los yanomamis".]