Los rosales son una de las plantas más populares en los jardines. Dada la belleza y la deliciosa fragancia de sus flores, no es extraño que así sea. Además, de ellas se puede extraer un aceite esencial que se utiliza en perfumería, cosmética, gastronomía y con fines medicinales. Si quieres tener más rosas en tu jardín, este método te servirá para propagar tus plantas.
Las patatas le proveen la humedad necesaria a los esquejes. Esto les permite desarrollar raíces sanas. Ten en cuenta que, si bien puedes aplicar este método en cualquier momento del año, obtendrás mejores resultados si esperas a que el clima esté un poco más fresco.
1. Corta un esqueje sano que no tenga más de un año. Su largo debería rondar los 20 y los 25 cm. Cuando hagas el corte, ten la precaución de usar una tijera de jardinería que esté limpia. Si no vas a usar los esquejes inmediatamente, guárdalos en una bolsa plástica.
2. De abajo hacia arriba, quítale las hojas marchitas hasta llegar a las primeras hojas sanas.
3. Llena una maceta con tierra de buena calidad y humedécela un poco.
4. Toma una patata y hazle un agujero lo suficientemente grande como para que quepa el esqueje. Puedes usar la punta de una rama o destornillador para hacer esto.
5. Coloca un poco de enraizador en la punta del esqueje. Es decir, donde habías hecho el corte. Sacude el exceso y clávalo en el agujero que habías hecho en la patata en el paso anterior.
6. Con una cuchara limpia, cava un pozo en la tierra que habías puesto en la maceta. Debe ser lo suficientemente grande como para que quepa la patata.
7. Coloca la patata en la tierra. Cúbrela completamente, de manera tal que sólo sobresalga el esqueje.
8. Sobre la base del esqueje, coloca una botella plástica limpia. Esta servirá para crear un pequeño invernadero. Asegúrate de que quede bien firme en la tierra.
9. Lleva la maceta a un lugar cálido, alejado de la luz solar directa. Todos los días deberás sacar la botella por algunos minutos para dejar que el esqueje respire. Espera hasta ver nuevos brotes. Entre tanto, mantén la tierra húmeda todo el tiempo.
10. Cuando tires ligeramente del esqueje y sientas resistencia, las raíces se habrán desarrollado.
11. Quita la botella y reubica la maceta. Llévala a un sitio soleado, donde la planta pueda recibir más luz directa. Deja que crezca un poco más, siempre manteniendo la tierra húmeda.
12. Gradualmente, deberás exponer la planta a las temperaturas de exteriores. Comienza haciendo esto unas pocas horas por día. Escoge un sitio donde el rosal quede al resguardo y reciba una buena cantidad de luz, sin que el sol le de directamente. Sigue manteniendo la tierra húmeda.
13. Al cabo de una semana, la planta se habrá aclimatado y podrás transplantarla a la tierra.