La luffa es una planta trepadora que tiene su origen en la India. Es de la misma familia que el calabacín, pero tiene la particularidad de que, además de poder comerse, sus frutos son usados como esponjas vegetales. Cuando crecen más de 2 pulgadas de diámetro, forman una estructura filamentosa que cubre todo su contorno interno. De esta manera, son una alternativa natural y biodegradable a las esponjas sintéticas.
La planta crece en forma de enredadera, y puede alcanzar más de 15 metros de longitud. Tiene flores amarillas muy bonitas. Además, si no tienes jardín también puedes cultivarlas fácilmente en tu terraza o balcón. En esta nota aprenderás cómo hacerlo y para qué puede servirte.
Cómo sembrar y cultivar luffa
Si plantas la luffa desde semillas, es recomendable remojarlas previamente en agua sobre algodón para que se hidraten y la cubierta se ablande. Su tiempo de germinación es menor a 8 semanas, y debes tener en cuenta que es una planta que se siembra en la primavera y se cosecha en el otoño siguiente.
Si eliges plantarla en una maceta en tu balcón, procura colocarla cerca de la barandilla para que pueda enrollarse, y ubicarla en un sitio en el que el sol le llegue con facilidad. Para cultivarla, realiza pequeños orificios en la tierra de tu contenedor y coloca las semillas. Cúbrelas con un poco de tierra y riega.
También puedes sembrar directamente en la tierra, si cuentas con un jardín para hacerlo. Para eso, procura colocar las semillas a 70 cm de distancia y construirle tutores para que puedan crecer correctamente.
Consejos para cuidar la luffa
- Procura mantener la planta alejada de las temperaturas frías.
- Procura que la planta tenga un suelo húmedo y con buen drenaje.
- Para saber si las flores que salen en tu planta darán fruto, fíjate en su parte trasera. Si tiene forma redondeada y abultada, ¡saldrán! Ya que se trata de una flor femenina, sino deberás esperar un poco más.
¿Cómo cosechar los frutos y obtener la esponja?
Cosecha los frutos cuando estén maduros y déjalos secar completamente por dos meses. Ése será el momento para pelarlos; córtales las puntas y realízales una ranura en la cáscara. Las semillas que quites podrán servirte para un nuevo cultivo.
Luego, lava las fibras y sécalas en un sitio ventilado por aproximadamente siete días. No las coloques al sol, ya que podría secarse demasiado.
En el siguiente video podrás ver paso a paso este procedimiento:
¿Para qué se usa la esponja vegetal hecha de luffa?
La red de fibras que lo compone internamente se utiliza cosméticamente para exfoliar y suavizar la piel, activar la circulación sanguínea, eliminar células muertas y ayudar a prevenir la celulitis. Para esto, se humedece y se aplica suavemente sobre la piel con movimientos circulares.
También puede utilizarse para limpiar la vajilla y otros utensilios del hogar. Luego de cada uso, se debe enjuagar, secar muy bien y guardar.
Además, en algunos países en donde se cultiva, las hojas secas molidas se aplican para aliviar las hemorroides, eliminar parásitos y calamar la conjuntivitis.
Nota: no se recomienda en caso de pieles irritadas o dañadas.