Arnés vs. collar: lo que ningún veterinario te contó (hasta ahora), porque sin dudas, el uso de los collares está más extendido. Sin embargo, pueden perjudicar gravemente a los canes sin que siquiera nos percatemos de ello. ¿Por qué la correa puede ser tan dañina para los perros?

Cada vez más veterinarios desaconsejan su uso debido a que pueden contribuir con la generación de contracturas hasta complicaciones en la respiración, tos crónica, problemas tiroideos, pinzamientos en la médula, y afecciones neurológicas.

Existen canes de todas las edades y con todo tipo de caracteres: tranquilos o nerviosos, sedentarios o inquietos y movedizos. Pero aún el compañero peludo más tranquilo puede querer correr en alguna ocasión, saltar o cambiar de dirección de repente y sin aviso. De hecho, es saludable que así sea.

Los perros pueden resultar lesionados con el uso de la correa. (Foto: Pinterest)
Cuando el dueño tira de la correa de forma incorrecta o el perro intenta realizar movimientos bruscos, el uso de un collar puede causarles lesiones. (Foto: Pinterest)

las consecuencias del collar

Cuando el dueño tira de la correa de forma incorrecta o el perro intenta realizar movimientos bruscos, el uso de un collar puede causarles lesiones. Si el collar está enganchado a la correa y presiona sobre su cuello, pueden verse afectadas varias estructuras corporales, lo que podría resultar en problemas como contracturas, lesiones en el cuello o incluso hernias discales. Además, todo esto puede provocar un dolor considerable que podría evitarse fácilmente al optar por un arnés adecuado.

Muchos propietarios desconocen los riesgos que los collares pueden ocasionar a sus perros, lo que a veces lleva a situaciones preocupantes. Algunos perros, al sentir incomodidad al caminar o durante el paseo, pueden empezar a rechazar estas salidas sin que los dueños comprendan la causa. En ocasiones, incluso recurren a psicólogos caninos para tratar de resolver alteraciones de comportamiento que en realidad tienen su origen en el malestar físico.

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Si se trata de perros de morfología muy estrecha o alargada, por ejemplo, es vital elegir arneses anti escape porque pueden llegar a quitárselo con facilidad. (Foto: Pinterest)
Si se trata de perros de morfología muy estrecha o alargada, por ejemplo, es vital elegir arneses anti escape porque pueden llegar a quitárselo con facilidad. (Foto: Pinterest)

estudios realizados

Según la reconocida Web Experto Animal, “los perros reactivos que se lanzan a atacar a otros perros acaban teniendo una mala asociación del paseo o el collar” debido a que “los tirones de correa o la correa corta con una posterior experiencia negativa acabarán condicionando el comportamiento de nuestro perro con una mayor agresividad, con nerviosismo o hasta con miedo”. Confirman: “Por lo tanto, no es extraño que sean reacios a querer salir o ponerse la correa con su collar, porque le causa molestia o dolor”.

Sin embargo, hay ciertas mascotas para las cuales podría ser mejor el collar, como las que ya están muy acostumbradas a ellos y no sufren ningún tipo de problemas por su uso, y lo que tienen pelo muy largo ya que el arnés podría tironear su pelo y generar molestias. En relación a los arnés, existen ciertas pautas que son relevantes seguir para poder elegir de forma adecuada, es importante consultarlo con la veterinaria y no comprar apresuradamente.

Guía para elegir el pretal perfecto para tu perro

Entre las pautas más usuales, predomina la de prestar atención al talle. Si se trata de perros de morfología muy estrecha o alargada, por ejemplo, es vital elegir arneses anti escape porque pueden llegar a quitárselo con facilidad.

Los profesionales de Experto Animal aconsejan:

- Material: elegir uno transpirable y suave, para que no provoque heridas en axilas y pecho.

- La argolla de unión debe ser trasera para que la fuerza se reparta por todo el cuerpo. Hay que colocarla de forma correcta: “nunca detrás inmediatamente de los codos para que no roce en las axilas, y no debe comprometer el libre movimiento de nuestro canino. Debe ir sobre el pecho o esternón y nunca sobre el cuello”.