* Por Carolina Pantano, de Fundación Rewilding Argentina, y Ana Webb y Dana Cardozo, de Comunidad Mayma.

Esta Historia transcurre en Camarones, un pueblo costero y alguero, ubicado en la provincia de Chubut, plena Patagonia Argentina, que se dedicó durante años a la recolección de algas por arribazón para obtener compuestos de geles como el ágar-ágar como insumo industrial. Hoy en día esa actividad persiste, sosteniendo a numerosas familias organizadas en una cooperativa que se dedican solo a la recolección de costa, pero el agregado de valor a nivel nacional ya no existe.

La Fundación Rewiliding Argentina, con su proyecto Patagonia Azul, arriba a esta localidad en el 2019 y siendo Camarones la comunidad más cercana al actual Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, uno de sus objetivos es buscar fortalecer la resiliencia y el arraigo en esta localidad. No solo a través del turismo sino también, impulsando el desarrollo de emprendimientos que crean trabajo genuino a partir de la revalorización de las especies marinas locales y de la producción artesanal en base a saberes ancestrales.

La extracción y cultivo de algas es un sustento de las comunidades costeras desde tiempos muy antiguos, y es una actividad que conecta a los pobladores con el cuidado del mar y de la costa. Aunque algunas de las algas que se extraen son nativas, el cuidado en el cómo y en el cuánto se cosecha, son las claves para la sostenibilidad.

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Por ello hablamos de agricultura marina regenerativa. Te contamos de qué trata

La agricultura marina regenerativa se basa en el principio de producir generando el menor impacto posible en el ecosistema marino circundante, imitando el funcionamiento del mismo lo más posible. Con la combinación correcta de cultivos de especies nativas en una configuración en tres dimensiones en la columna de agua, se aprovecha el espacio y el hábito de vida y alimentación de cada especie. Por ejemplo, las macroalgas capturan dióxido de carbono del agua, al mismo tiempo de oxigenar los alrededores de la granja; los bivalvos, grandes filtradores, mejoran la calidad del agua al mismo tiempo que fertilizan. La producción sostenible de especies nativas en pequeña escala permitirían sostener a cada vez más productores sin necesidad de concentrarse únicamente en actividades extractivas, que en muchas oportunidades podrían perjudicar el funcionamiento de los frágiles ecosistemas del planeta.

Históricamente, el cultivo de algas en el mar en pueblos costeros estuvo presente en muchos países del mundo como Chile, Japón, China, y hoy en día es algo incipiente en Estados Unidos, Canadá, Centroamérica, pero no aún en Argentina.

Sobre ellas… nuestras algas, pueden ser utilizadas en una variedad de usos comerciales como lo son el alimento, la cosmética natural, la nutracéutica y la producción de biofertilizantes, biocombustibles y bioplásticos.

¿Pueden las algas ayudar a combatir la crisis climática?

Si!!! La especie vegetal que más captura carbono en el mundo crece en los mares de la patagonia, las algas laminariales o Kelps, crean grandes bosques que absorben 20 veces más carbono que un bosque terrestre y para crecer, sólo necesitan luz solar y el agua de mar. No necesitan fertilizantes, ni agua dulce ni tierra fértil.

Son numerosos los trabajos de científicos y organizaciones de conservación que hoy en día ponen sus esfuerzos en impulsar el cuidado de los bosques de algas, fomentar la agricultura marina regenerativa como alternativa productiva para medir y utilizar el carbono azul.

¿Qué es el carbono azul?

El carbono azul se refiere al carbono que capturan los océanos y los ecosistemas costeros del mundo. Y la razón por la que es tan importante es porque las estrategias de carbono azul son vitales para reducir la huella de carbono del mundo, acción esencial para mitigar y revertir el cambio climático.

Los mercados de carbono son una de las herramientas disponibles para abordar el problema del cambio climático; fueron creados inicialmente para permitir el intercambio de emisiones (o de medidas de reducción de emisiones expresadas en toneladas equivalentes dióxido de carbono., CO2 e) entre distintas entidades, en un futuro no tan lejano, el cultivo de algas podría sumar a este tipo de mercados como actividad compensatoria.

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Explorando los distintos usos de las algas

En Camarones, dentro del programa de Comunidades del Proyecto Patagonia azul, fomentamos la generación de talleres prácticos y espacios de encuentros en donde se reúnen la información de científicos junto con la vasta experiencia de las familias que viven en la zona y crecieron realizando está actividad de cosecha de algas (algueros locales).

En estos espacios se busca valorizar las algas nativas, usarlas y compartirlas con orgullo y cuidar su crecimiento para que sigan cumpliendo con su rol en el ecosistema.

El énfasis de estos talleres está puesto sobre los cuidados y la sustentabilidad tanto en la cosecha como a la hora de elegir las especies con las que se trabaja. Empoderar a los emprendedores e incentivarlos a cuidar el entorno natural es el objetivo primordial de nuestro programa.

La undaria (Undaria pinnatifida), por ejemplo, es un alga exótica invasora en la costa Atlántica Argentina originaria de Japón. Con ella se pueden preparar diversas comidas, como el wakame y su esporofilo —o “rulo”, como le llaman en Camarones— tiene importantes beneficios antioxidantes y es un compuesto muy solicitado en la industria nutracéutica mundial. Dentro de las algas nativas que se aprovechan están el cachiyuyo (Macrocystis pyrifera)- formador de grandes bosques subacuáticos- , que se emplea en cosmética y fabricación de fertilizantes y bioplasticos, la lechuga de mar (Ulva lactuca) y el luche (Pyropia columbina) son excelentes para usar como vegetales del mar.

En el mes de Noviembre 2021 en “Las Delicias”, un restaurante en el corazón de la localidad de Camarones, se realizó el primer taller de algas de la Patagonia con el fin de conocer la diversidad y usos de las especies de algas más comunes en Chubut y con el objetivo de proponer un espacio para intercambiar saberes, opiniones y experiencias entre todos los presentes. El encuentro reunió referentes locales de la Cooperativa Alguera, del ámbito turístico y del gastronómico, y emprendedoras locales, que buscan ampliar su oferta incorporando algas y alimentos provenientes del mar, obtenidos artesanalmente y en forma sustentable. Como cierre del taller, luego de una pequeña presentación con algo de información sobre las algas y sus usos, algunas de las emprendedoras cocinaron en vivo y compartieron sus recetas con algas.

Gracias al éxito y a la convocatoria de la primera edición del taller, en Febrero de 2022 se realizó un segundo encuentro, esta vez focalizado en la gastronomía y con un invitado de lujo, Gustavo Rapretti, chef de la localidad de Puerto Madryn, impulsor de la feria “Madryn al plato” y estandarte de la gastronomía con algas y pescados o mariscos nativos de la Patagonia. Con Gustavo se buscó inspirar a los emprendedores e incentivarlos a dar valor y uso a las riquezas que ofrece la costa del mar de Camarones. Por ello, todas las recetas que se realizaron fueron utilizando pescados locales de presencia anual obtenidos de pescadores de costa de Camarones; algas, sal marina y salicornia cosechadas en el día en la localidad y verduras de la huerta agroecológica comunitaria y participativa “CHISPA”.

Alianzas que potencian

“Transformar la economía hacia una inclusiva, consciente y regenerativa; es nuestra mayor revolución” Margarita Carles, co-fundadora de Mayma.

La transición cultural y la concepción de los efectos positivos o negativos de la actividad que sostiene a los productores en comunidades costeras es un proceso que lleva su tiempo y su trabajo. Parte del proceso implica acompañarlos y brindar el mayor apoyo, información y por sobre todo, inspiración.

Para esto, durante el año pasado, y gracias a la alianza con la ONG Contribuir al desarrollo Local (MAYMA) en la edición del Mayma BIO se becaron a tres productores relacionados a las algas: un agricultor marino regenerativo que sueña con tener su producción para el siguiente año “Granja Marina Patagonia Azul”, una elaboradora de viandas con comidas en base a algas “Huella Azul” y una emprendedora de biocosmética que comenzó a hacer pruebas con algas para sus productos “Nakara”.. También Mayma acompañó a la huerta agroecológica comunitaria y participativa “CHISPA” en el programa.

Sin duda el camino de las alianzas, del trabajo en red y la conexión con el entorno natural que nos rodea es el que debemos tomar, en este rincón de la Patagonia y en el resto de las comunidades del planeta.