* Por Sofía Romero, miembro del Área de Comunicación en el Centro de Desarrollo Sustentable GEO de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
En Argentina cada 27 de septiembre se conmemora el día nacional de la conciencia ambiental, esto se realiza para impulsar prácticas y actitudes responsables a la hora de relacionarse con el ambiente.
Además, esta fecha se relaciona con la tragedia de 1993 al ser sancionada la ley 24.605 en memoria de las personas fallecidas como consecuencia del escape de gas cianhídrico en la ciudad de Avellaneda (provincia de Buenos Aires).
Crear conciencia sobre el cuidado del planeta es tarea de todos los días. En ese sentido, existen tres acciones que puedes realizar desde casa para no contaminar el ambiente:
Aceite Vegetal: ¿un peligro más?
El aceite es un elemento utilizado en la mayoría de los hogares y comercios de comida. Es algo que está cada día en la cocina y que se usa sin pensar.
El problema del aceite con el ambiente es la forma en que este producto se descarta luego de haberlo utilizado. Esta sustancia se suele desechar en alcantarillas, desagües o en la tierra, pero esta manera de eliminarlo es incorrecta y dañina.
El aceite es un producto altamente contaminante y cada día llega a contaminar casi 1000 litros de agua por cada litro de aceite usado que se tira.
Al ser desechado al desagüe (y no mezclarse con el agua) llega a los mares y ríos y se queda en la superficie, esto provoca que el agua no se oxigene de manera correcta.
Además, no permite el ingreso de la luz solar para que las plantas acuáticas -que luego comen los seres acuáticos- puedan realizar la fotosíntesis. Por eso afecta a la flora y fauna acuática.
Por otro lado, descartar el aceite por tierra impide la oxigenación y circulación del agua. Por este motivo ningún tipo de planta podrá crecer y por ello provocará que el espacio se vuelva esteril.
El aceite puede dañar de forma cíclica el equilibrio del ecosistema, por eso es necesario deshacerse correctamente de este elemento.
Para ello se deben seguir estos cuatro pasos:
- Espere a que el aceite se enfríe.
- Recoja una botella plástica sin uso y en la misma con la ayuda de un embudo ingrese el líquido. Asegúrese de no mezclar el aceite con agua u otros líquidos o tipos de aceite.
- Reserve el envase hasta que este se rellene de aceite usado.
- Deje su botella en un punto de reciclaje para que le den una nueva utilidad al producto. También puede tirarla en la basura normal de desechos (el tacho de «no reciclables»).
El aceite reciclado (como alternativa para su tratamiento) se puede convertir, mediante un proceso industrial, en biodiesel, que es un recurso energético renovable y genera menos emisiones de CO2 (dióxido de carbono) que el gasoil mineral.
Aunque también se le puede dar otro tipo de usos, como la realización de velas.
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El lado B: pilas, baterías, cartuchos y tóner
Las pilas suelen tirarse en el tacho, pero en realidad estos elementos en desuso son residuos sólidos urbanos sujetos a un manejo especial porque pueden contener elementos potencialmente perjudiciales para la salud y el ambiente.
Por este motivo requieren una gestión ambientalmente adecuada tras su descarte. Además, contienen metales que pueden ser recuperados y reciclados.
Los tipos de pilas que se deben reciclar son: Pilas primarias y secundarias (recargables) de geometría cilíndrica, prismáticas 9v y pilas botón. Estas se deben entregar sueltas, en una bolsa o envase en los Puntos de Recepción.
Por otro lado, las baterías recargables de celulares y computadoras se deberán llevar a los distribuidores que han presentado un plan de gestión para el adecuado tratamiento.
Los cartuchos y tóner pueden contener elementos contaminantes para el entorno, por esa razón deben ser gestionados de manera diferente del resto de residuos sólidos urbanos.
Además de su potencial riesgo contaminante, estos elementos tienen partes que pueden ser recuperados y reciclados para conformar un modelo circular en el cual el residuo sea considerado un insumo de una nueva cadena productiva. Para entregar tu residuo debes llevar los mismos limpios y sin pérdidas de tinta.
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Elementos electrónicos y eléctricos: un futuro para la vieja tecnología
Los celulares, pequeños electrodomésticos, televisores, computadoras y sus componentes, entre otros elementos, son Residuos Sólidos Urbanos sujetos a manejo especial por características de potencial peligrosidad, nocividad o toxicidad. Por ello deben sujetarse a programas y planes de manejo específicos.
Según la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires, los elementos electronicos y electricos cuentan con 72% de materiales reciclables (plásticos, metales ferrosos y preciosos, vidrio), 25% de materiales reutilizables (cables, motores, fuentes, lectoras, imanes) y 3% de residuos peligrosos (tubos de rayos catódicos, plaquetas de circuitos integrados, gases de refrigeración, PCB).
Cuando se los lleva a los Puntos Verdes Móviles o a los Puntos Verdes fijos se recuperan los materiales reciclables y disminuye el efecto negativo que podrían generar en el ambiente.