“Bebe un vaso de agua con limón en ayunas y ayudarás a tu cuerpo a quemar grasas”. “El limón naturalmente elimina la grasa”. Estas son dos afirmaciones comunes pero que no que no tienen ninguna base científica.
Esta teoría se fundamenta en el hecho que el limón es un alimento alcalinizante y mejora la función hepática y, por consiguiente, también elimina grasa. Si bien es cierto que tiene propiedades alcalinizantes y que el hígado es el órgano donde suceden las reacciones metabólicas, también es cierto que la grasa se elimina realizando actividad física de manera regular y constante.
No existe ningún remedio milagroso para quemar grasa y perder peso. Si fuese así, sería muy fácil tomar un vaso de agua con limón en ayunas y en lo que resta del día consumir alimentos ultraprocesados y ricos en grasa. No solo aumentaríamos de peso, sino que también dañaríamos nuestra salud, por más agua con limón que tomemos.
Entonces, ¿qué se puede hacer ante esta situación? Continuar con el hábito del agua con limón, pero no con la ilusión de perder grasa, sino siendo conscientes de los verdaderos beneficios que trae esta práctica.
¿Cuáles son los verdaderos beneficios del agua con limón en ayunas?
Al ser un alimento rico en vitamina C, el limón ayuda a reforzar nuestro sistema inmunológico siendo este uno de principales beneficios. Por otro lado, si bien tiene sabor ácido, el limón es uno de los alimentos más alcalinizantes que existen en la naturaleza, por eso ayuda a mantener estables los valores de pH de la sangre.
El limón es rico en flavonoides que cumplen funciones antioxidantes y pueden ser beneficiosos en el tratamiento de enfermedades como la isquemia, la diabetes tipo 2, enfermedades de la retina y algunos tipos de cáncer. Además, los flavonoides pueden inhibir la neuroinflamación, ayudando de esa manera a la prevención del Alzheimer y el Parkinson.
Según Dolores Silvestre Castelló, profesora de Nutrición y Bromatología en la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia, tomar agua con limón ayuda a reforzar las defensas microbianas y la resistencia a infecciones. Esto puede resultar beneficioso en caso de afecciones en la piel que deriven del acné o de heridas.
El limón es también, rico en citratos que ayudan a prevenir la aparición de cálculos renales. Además, es diurético y nos permite comenzar el día bien hidratados.
¿Cuál es la mejor forma de tomarlo?
No hay ninguna ciencia en la preparación, pero sí es necesario tener en cuenta algunos aspectos. Lo primero, es que debemos exprimir el limón en el momento en que vayamos a consumirlo, porque de esa manera evitamos perder vitamina C. También podemos agregar un poco de ralladura de la cáscara, que es la que contiene mayor concentración de esta poderosa vitamina, aceites esenciales y flavonoides. También, si posible, conviene elegir limones agroecológicos.
El agua que usemos debe ser segura, si es posible mineral. Y si queremos mejorar el sabor podemos agregarle unas hojitas de menta fresca o jengibre.
No se recomienda el consumo de jugo de limón envasado, que generalmente vienen con azúcar añadida y conservantes.
¿Tiene alguna contraindicación?
No se recomienda su consumo en personas con problemas en el esmalte dental, pero en caso de querer disfrutar de sus beneficios, se sugiere que se enjuaguen la boca con agua luego de beber jugo de limón.
También se recomienda tener cautela en caso de padecer gastritis o colon irritable, ya que no todos los organismos reaccionan de la misma manera. En caso de tener ardor o molestias, se sugiere dejar de lado este hábito (lo cual no sería negativo, ya que se puede reemplazar por otro que también aporte beneficios para la salud).